Provincia de Cádiz

Barbate, el epicentro del ‘caso Guerra’, la capital mundial del atún

El proyecto Puente de la Plata originó el primer gran caso de corrupción. Constreñida por El Retín y La Breña, halló en el mar la bonanza y también la tragedia

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  • El municipio, lastrado por unas cifras de paro alarmantes, ha tenido que sacudirse el estigma del narcotrafico durante años -

Las 5.346 hectáreas que conforman la zona de adiestramiento en la Sierra del Retín, expropiadas por el Gobierno de la UCD en el Consejo de Ministros de 31 de julio de 1981, se convirtieron en un campo de minas para el PSOE en el último Pleno municipal del 1989. El alcalde de Barbate entonces y desde los albores de la Democracia, el imbatible primer edil Serafín Núñez, expresó su conformidad con el proyecto urbanístico Puerto de la Plata que, sobre el papel, contemplaba la ocupación de parte del suelo propiedad del Ministerio. De acuerdo a sus propias palabras, su apoyo expreso a la operación, con un coste de 8.000 millones de pesetas, se debía porque acudió a pedírselo el hermano del vicepresidente del Gobierno, Juan Guerra. Y, con inocente desparpajo, añadió: “No es lo mismo que te llame el hermano del vicepresidente que cualquier otra persona”. Tal influencia serviría incluso para que hasta el mismo Ejecutivo central diese su brazo a torcer (se negaba de plano a buscar un nuevo emplazamiento a los militares) y aprobara la viabilidad del proyecto.

Aquellas palabras desencadenaron una crisis que llevó al a Felipe González a tener que dar explicaciones en el Congreso, se saldó con las dimisiones del vicepresidente y de Juan, que tuvo que abandonar su despacho en la Delegación del Gobierno de Andalucía, y enemistó a dos de los puntales del socialismo de la Transición y el nuevo régimen. En el ámbito jurídico, el caso Juan Guerra obligó a tipificar el delito de tráfico de influencias, inexistente en el Código Penal antes del escándalo, y abrió una etapa negra en el PSOE, que protagonizó sucesivos episodios de corrupción hasta 1996, fecha en la que José María Aznar llegó a Moncloa en una histórica victoria electoral del PP.

La zona de adiestramiento militar, que ocupa el 40% del total del término municipal, y el Parque Natural de la Breña, espacio de especial protección, han constreñido el desarrollo urbanístico de Barbate en los últimos 40 años. La tradición pesquera y, especialmente la llegada a la localidad de Serafín Romeu, conde de Barbate, valenciano, dueño de la primera almadraba, han marcado el modelo económico del pueblo, hasta el punto de que hoy el municipio es considerado la capital mundial del atún. La industria en torno a esta actividad es de suma importancia para el empleo, con establecimientos hosteleros de referencia, empresas conserveras y otras tantas ligadas a un producto que ha despertado interés especialmente en el mercado japonés.

Pero el mar también ha llevado hasta la costa de Barbate la tragedia. En 2007, ocho marineros perdieron la vida, tres desaparecieron y los cinco supervivientes del naufragio comenzaron una auténtica pesadilla después del hundimiento del Nuevo Pepita Aurora, provocado por el temporal a su regreso del caladero de Larache, en Marruecos. Ahora, el pueblo vuelve a mirar con miedo a las aguas y a contener la respiración mientras se realizan las labores de búsqueda del Rúa Mar. T

ierra de gente luchadora y sacrificada, durante años tuvo que luchar para desprenderse del estigma del narcotráfico. Producciones audiovisuales como Atún y chocolate, de Pablo Carbonell, han hecho un flaco favor a una población lastrada por un paro crónico alarmante.

Barbate no lo tuvo nunca fácil. Pedanía a la que se referían como las “tres calles más de Vejer” en el siglo XIX, se segregó en 1938, en plena Guerra Civil, y asumió el apellido de Franco hasta 1998. El dictador se implicó en la construcción del puerto deportivo y en la urbanización del nuevo municipio pero, a la llegada de la Democracia, la mitad del término carecía de electrificación o estaba sin asfaltar. Tras la reconversión del sector pesquero en los noventa, la actividad turística, gracias a la gastronomía y las playas excepcionales de Mangueta, Zahora, los Caños de Meca, Hierbabuena, Nuestra Señora del Carmen, Cañillos, Pajares y Zahara de los Atunes, comienza a descollar. Faltan aún un gran hotel de referencia y cerrar el anillo del borde marítimo desde la Lonja Pesquera hasta el puente de Zahara. Pero Barbate es destino preferente para quienes tienen buena boca y buscan entornos paradisíacos. 

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