Los genios del barrio de Santa María se ganaron al público de todo el teatro desde que se levantó el telón del Falla para la presentación. Con diversos golpes en la primera pieza, los chirigoteros comenzaron su actuación de manera inmejorable.
El primer pasodoble siguió la tónica y, narrando el ritual de la agrupación desde que llegan al local hasta que pisan las tablas, lograron una sonora ovación de un público entregado. El segundo criticó los pisos turísticos, analizando las ventajas e inconvenientes del turismo.
Los cuplés fueron para su cuñado, que aprovechó el fin del peaje; y para la ciudad y sus badenes. El popurrí no rebajó el nivel. Una actuación, en definitiva, sobresaliente.
