En un ambiente festivo, entre sones de tambores y acordeones, varios centenares de personas –700, según la Guardia Urbana y 4.000, según los organizadores– recorrieron las principales calles de la capital catalana a pocas horas del inicio en esta ciudad, entre los días 2 y 6 de noviembre, de la última ronda negociadora previa a la cumbre del clima de Copenhague.
Está previsto que en la ciudad condal se reúnan durante una semana más de 4.000 representantes de los gobiernos de todo el mundo para tratar sobre el protocolo del clima que debe sustituir al de Kioto.
En declaraciones a Efe, la portavoz de la campaña El clima no está en venta, Esther Vivas, ha comentado que con la acción de ayer pretenden que se escuche “la voz de los que pedimos soluciones al cambio climático”.
En este sentido, ha exigido que se reduzcan de forma obligatoria y en toda España las emisiones de dióxido de carbono y los gases de efecto invernadero y que se “aplique en todo el territorio una justicia climática frente a los intereses del mercado”.
