Desde hace más de un lustro, y de forma más o menos intermitente, los usuarios y usuarias del Parking de Santa Bárbara de la capital gaditana, se encuentran con el mismo problema, ya denunciado en varias ocasiones, pero nunca solucionado. El estado en el que se encuentra los vomitorios de la Pérgola que dan acceso a las entradas peatonales del aparcamiento es lamentable. Problemas de higiene y también de inseguridad forman parte de las quejas de los que cada día hacen uso del mismo.
El aparcamiento de Santa Bárbara consta de más de 800 plazas, la mayoría en manos de abonados que viven la zona, aunque también hacen uso de ellas estudiantes y empleados de la Universidad, propietarios de una concesión y turistas que tienen el objetivo de visitar el centro de la ciudad.
Cinco de sus entradas peatonales están bajo de Pérgola del Mirador, están ocupadas por personas sin hogar y sus bajos también. En la zona se contabilizan unas 25 personas que malviven allí. El problema es que, como denuncian varios usuarios, defecan, orinan en los citados accesos peatonales e incluso dentro de los aparcamientos, generando una situación de insalubridad alarmante. Pero “también queman sus enseres, pillan la luz de forma ilegal de los cuadros eléctricos de la Pérgola e incluso se producen peleas sin que nadie haga nada para evitar esta situación”.
Los aparcamientos están gestionados al cincuenta por ciento entre Emasa, empresa municipal, e Isolux. Mientras que la Pérgola pertenece al Ayuntamiento aunque se está trabando en la cesión de las instalaciones de los bajos a la Universidad de Cádiz.
Lo que allí ocurre se vivió también en los bajos del Balneario de La Caleta o en la zona de los bomberos, en la Muralla de Puerta Tierra, pero “allí se les dio una solución, allí se actuó, y muchos de los que allí estaban viviendo, se vinieron para esta zona en la que no se ha actuado de la misma forma”.
“Somos muchos los que tenemos miedo, nos sentimos inseguros y en muchas ocasiones entramos y salimos por las rampas que usan los vehículos, con el riesgo que ello conlleva”, afirma otro usuario anónimo como el anterior. Decir que ambos quieren mantener el anonimato porque temen represalias ya que en una ocasión en la que denunció esta misma situación recibió incluso amenazas.
Como ya se ha mencionado, esta problemática está arraigada en el tiempo, aunque “ahora con la crisis sanitaria derivada de la pandemia de coronavirus el temor aumenta porque nadie limpia y la higiene brilla por su ausencia. No entendemos por qué nadie actúa”. Eso sí, “antes de las últimas elecciones se baldeaba casi a diario, pero fue concluir los comicios y volver a la misma situación”. De hecho, “la solución pasa por un lado por limpiar la zona, baldear por las mañanas, porque al final se cansan que montar y desmontar sus ‘casas’ (hay camas e incluso hay quienes cuentan con televisor). Y por otro lado, el aspecto social para que tengan un sitio digno donde vivir”.
Por último, la zona exterior también “deja mucho que desear”. Allí van muchas familias y adolescentes a practicar deportes, como patinar, pero “de nuevo las condiciones higiénicas y la inseguridad campan a sus anchas”.