La inmunóloga María Montoya (CIB-CSIC), miembro de la Sociedad Española de Inmunología, ha subrayado que "no existe ninguna evidencia científica" que avale la relación de la vacunación de gripe y la infección causada por el SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad del COVID-19.
Así ha respondido al estudio 'Posible causa de la pandemia por coronavirus. Interferencia inmunológica entre el POLISORBATO 80 de la vacuna antigripal adyuvada y el SARS-CoV-2', donde se afirma que la "posible causa" se ha encontrado. Es decir, el artículo sugiere que la vacuna antigripal podría interferir en la respuesta inmunitaria frente al coronavirus.
Según esta científica, el artículo "está lleno de imprecisiones y de falta de rigor científico, con expresiones tales como 'posibles casos', 'hipótesis' o 'hipotético mecanismo'". "En el escrito, se plantean una serie de suposiciones que no se comprueban. Falta el análisis estadístico de los datos, los criterios de selección de grupos de estudio, la referencia al comité de ética que ha revisado el estudio y ha autorizado que se usen los datos de los pacientes y un largo etcétera de requisitos para considerarse un estudio científico fiable", critica.
"Es un escrito especulativo, no aporta ningún dato experimental que muestre la peligrosidad del polysorbato 80, como parecía indicar en su título. Los datos aportados no sustentan las conclusiones. Ni tan siquiera se muestra un análisis de asociación de variables, también podría haber relacionado el color de la etiqueta del medicamento con la enfermedad, por poner un ejemplo. La bibliografía usada es claramente defectuosa. Apenas hay un par de citas a textos científicos", añade.
La experta explica que las vacunas se componen de cuatro componentes principales: un immunógeno (es la parte del patógeno que se incluye en la vacuna para que el organismo lo reconozca y desarrolle anticuerpos contra ella), un adyuvante (se usa para potenciar la respuesta inmunitaria contra el inmunógeno), excipientes (se usan para estabilizar la formula y facilitar su conservación) y agua o suero salino para facilitar la inyección. "Todos los componentes de las vacunas, y de todos los medicamentos en general, están sujetos a estrictos controles de seguridad. En el caso del polysorbato 80, se ha demostrado que es muy seguro a las dosis que se administran", argumenta.
"No existe ninguna evidencia científica que avale la relación de la vacunación de gripe y la infección causada por el SARS-CoV-2. La vacunación es la intervención sanitaria que más vidas ha salvado en toda la historia de la humanidad. Teniendo en cuenta que SARS-CoV-2 ha llegado para quedarse y que sigue circulando en la población, será más que probable que la temporada de gripe llegue mientras sigue circulando el SARS-CoV-2. La vacunación frente al virus de la gripe se hace ahora más necesaria que nunca para no infectarnos con los dos virus al mismo tiempo", concluye.