El jardín de Bomarzo

Tagarninas esparragadas

Ha fallecido hace unos días Salvador Pineda, un hombre bueno y decente. Histórico dirigente de la COAG, caballero del campo

Publicado: 09/04/2021 ·
09:18
· Actualizado: 09/04/2021 · 09:18
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Bomarzo

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Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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"Que la idea de la muerte no me distraiga de lo que estoy haciendo, porque lo que va a quedar es lo que uno haga de vivo". G. García Márquez. Ha fallecido hace unos días Salvador Pineda, un hombre bueno y decente. Histórico dirigente de la COAG, caballero del campo. Sufrió estos años atrás y los que le conocen de cerca bien que lo saben, pero se lleva el cariño a espuertas de muchos y el sincero reconocimiento de una inmensa mayoría y eso, en estos tiempos de penumbra que corren, es mucho. Quedaron unas tagarninas por compartir. Descanse usted y que sea en paz, señor.

 PSOE-A. El rugido interno dentro del socialismo andaluz va sumando decibelios y lo hace al ritmo que unos y otros toman posiciones, bien desde la sombra o bien dando el salto a la esfera pública como hiciera esta semana en Siete TV el ministro Planas postulándose del lado de Juan Espadas, alcalde de Sevilla, que está decidido a dar el paso y anunciar en breve su intención de presentarse a esas primarias que, salvo sorpresa, no se celebrarán hasta diciembre porque primero será el congreso nacional que aúpe de nuevo a Pedro Sánchez y este tiene fijada fecha para octubre. Por tanto, la ex presidente Díaz sabe que tiene tiempo para hacer justo lo que está haciendo y es pasearse por las pequeñas agrupaciones en busca del abrazo público y, últimamente, visitar a secretarios generales -tal y como ha hecho esta misma semana con Paco Reyes en Jaén o Irene García en Cádiz- en la idea de convencerles para lo suyo y todo a pesar de que públicamente repite que no quiere "perder ni un minuto" en peleas internas. Pues a esta pelea orgánica, argumentan cáusticos socialistas de rango, ha dedicado meses -o años- desde aquel congreso nacional en el que quiso extinguir al sanchismo y comenzó este deambular que la ha llevado hasta donde ahora está.

Moreno Bonilla, mientras, lanza elogios a Juan Espadas y le califica de "persona sensata" y de "rival potente". Lo hace, evidentemente, para molestar, para meter cizaña, para alimentar la bronca y para cabrear a Susana Díaz y si de paso logra quemar a Espadas para que no sea, mejor, piensa, porque es cierto que el alcalde de Sevilla se parece más a él con un discurso sosegado y neutro, centrado, con posibilidades de llegar a acuerdos con Ciudadanos en el caso de que Cs para entonces esté para llegar a acuerdos, mientras que Díaz se lo pone más fácil con tan solo recordándole tiempos pasados. Molestar es la clave, además de asegurar a diestro y siniestro de que no adelantará elecciones cuando hasta los conejos que trotan de noche por los jardines de San Telmo saben que él y Elías Bendodo hacen la cuenta de para cuándo urnas, finales de este año sería quizás adecuado electoralmente pero pronto porque el ciudadano aún no habrá percibido cierta recuperación tras la crisis sanitaria; para la primavera del próximo, dentro de un año ahora, quizás sea una fecha más propicia. En todo caso, jugar a convocar para diciembre mientras el PSOE se debate en un congreso a machete entre Díaz y Espadas.

Todo si Susana Díaz llega con sus intenciones intactas para esa fecha y esa es otra, porque quedan muchos meses y el camino que se le presenta por delante es arduo y más cuando el presidente ya se ha hecho notar cesando -como aireó este jardín hace más de un mes- a la delegada del Gobierno en Andalucía, la granadina Sandra García, y lo ha hecho después de que la desacreditara también negando a su candidato en la sucesión de Ignacio Caraballo en Huelva. Dos de dos.

Lo probable es que durante las próximas semanas sean más los alcaldes que salten a la esfera pública decantado sus preferencias y habrá que ver si alguno lo hace en favor de Susana Díaz porque hasta ahora nadie, de hecho todas las declaraciones públicas suelen tener la misma música de fondo con términos como renovación, buscar un nuevo rumbo, necesidad de aire fresco; si Susana Díaz antes se agarraba a su supuesto acuerdo con Pedro Sánchez -"Pedro lo sabe..."- ahora lo hace a la militancia y la victimismo que puede suponer que Moncloa decrete línea sucesoria. Eso es lo que peor le viene a un Juan Espadas que debe sacudirse la tutela de Moncloa y lograr que las bases del partido en Andalucía le aúpen como candidato, todo si logra mantenerse en la pugna frente a una Susana Díaz que sabe medirse bien en estas disputas, que piensa que al final de la carrera llegará sola porque otras veces pugnó y venció antes del congreso como aquella frente al ahora ministro Planas. Que no llegó.

Parece que a Díaz, hay que tenerlo en cuenta, no le preocupan opciones de futuro o puentes de plata que le planteen porque, según acuerdo, formaría parte del Consejo Consultivo de Andalucía como consejera permanente nombrada por decreto del Consejo de Gobierno -previa aceptación del interesado-, a lo que tienen derecho de acceso aquellas personas que hayan sido presidentes de la Junta de Andalucía y con permanencia hasta cumplidos los 65 años; obviamente, con una remuneración suficiente.

Con las intenciones de Espadas para ser candidato a la Junta se abriría otro frente en dos vertientes: uno es medir hasta cuándo el alcalde se mantendría en su cargo actual porque aunque intente compatibilizar la alcaldía con sus nuevas aspiraciones el máximo de tiempo para no perder demasiada visibilidad es evidente que llegará un momento en que eso sea incompatible, no en vano la Sevilla más miarma tiene peor venta en buena parte del resto de Andalucía y, dos, llegado el momento quién le sustituiría y si esa persona del actual gobierno aprovechando el foco sería el próximo candidato o acaso el PSOE buscaría otra opción fuera. Gómez de Celis está muy pendiente para ubicar aspiraciones, bien conectado en Madrid aunque menos de lo que a él le gustaría, conoce la plaza y ser alcalde de Sevilla es la guinda en política municipal.

En todo caso, movimientos variados y por provincias. Es el run run dentro del PSOE que todos conocen tan bien, como una música lejana que anuncia lo que viene y pasa en todas las provincias con mayor o menor intensidad. Un ejemplo es Cádiz, donde un diario en crisis elevó declaraciones del alcalde de Chiclana para prenderle fuego a Irene García y posicionarla en el sanchismo y Chefy se dejó, él solito, meter en el jaleo como si fuera el personal trainer de la sanluqueña. A la que no gustó un pelo que hablaran en su nombre. Y después se montó el lío en la provincia, en Madrid, en Sevilla... En fin, como si esto de mantenerse de perfil en política hasta llegado el momento fuera nuevo cuando, en realidad, es más viejo que los balcones de madera.

En fin. Me imagino, y rubrico, a Salvador entre nubes con una sonrisa socarrona viendo cómo se las gastan por aquí abajo y cuánto tiempo se pierde en cosas tan nimias cuando el campo en La Barca está aún verde y tanta tagarnina suelta a la espera de que las metan en una cazuela, las coronen con un huevo de corral y las hagan esparragadas. Cosas importantes. En tu honor sea la próxima.

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