El castellonense Pablo Herrera y el sanroqueño Adrián Gavira, la mejor pareja nacional de la historia del voley playa, ya compitieron en Londres en el 2012 y en Río de Janeiro en 2016, quedando en ambas ocasiones en la novena posición. En el caso del jugador de Castellón hay que sumar la inolvidable cita olímpica del 2004 en Atenas, en la que logró una histórica medalla de plata junto a Xavi Bosma, y en Pekín en el 2008 junto a Raúl Mesa, cuando también finalizaron en la novena posición.
Fue a partir del 2009 cuando Herrera y Gavira juntaron sus caminos e iniciaron una trayectoria brillante, sumando numerosas medallas a su palmarés y llegando a ser los segundos del mundo en el 2010.
“Termina un periodo largo y duro y una clasificación olímpica que ha sido muy exigente. Son ya 13 temporadas juntos, 13 temporadas en las que hemos vivido momentos de todo tipo, pero en las que siempre hemos sido un equipo ante todo”.
“En Río 2016 nos despedimos de la cancha olímpica sin saber si volveríamos a poder disfrutar de un torneo tanespecial y, cinco años después podemos decir con mucho orgullo que staremos en Tokio”, comenta el dúo nacional, quien desde el 2018 trabaja a las órdenes de Fran Marco.
A partir de ahora, el castellonense y el sanroqueño seguirán preparándose para llegar de la mejor manera posible a Tokio ya que este 2021 estaba siendo un año complicado debido a las distintas dolencias que han afectado a la pareja. Por fortuna, la pareja española ha ido sobreponiéndose a todas y en Ostrava ha recuperado las buenas sensaciones en su juego.