Córdoba

Un modelo 3D para conocer el estado sanitario de los árboles sin interferencias

Al discriminar unas plantas de otras, uno de los parámetros que se mide es la fluorescencia, un indicador no visible que permite conocer el estado de salud

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • Roble solitario. -

Un grupo de investigación en el que se integran expertos del Instituto de Agricultura Sostenible, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que está ubicado en Córdoba, ha desarrollado un modelo físico 3D que permite conocer el estado sanitario de los árboles sin interferencias del sotobosque que lo rodea en la recogida de datos.

La Fundación Descubre ha informado este lunes de que de esta manera es posible detectar alteraciones en el estado de salud de ejemplares arbóreos, aunque tengan al lado otra vegetación en distinta situación, por ejemplo afectada por una plaga, algo que hasta ahora interfería en el resultado del análisis.

Al discriminar unas plantas de otras, uno de los parámetros que se mide es la fluorescencia, un indicador no visible que permite conocer el estado de salud de la vegetación, desvelando si sufre algún efecto negativo ambiental o de un ser vivo.

Esta emisión de luz resulta muy relevante en masas naturales, tan abundantes en Andalucía como las de pinos o encinas, y no menos en las cultivadas, como el olivar.

El investigador Instituto de Agricultura Sostenible y principal autor del estudio, Alberto Hornero, afirma que "cuando trabajas con determinados satélites las resoluciones de las imágenes son mucho menores, y un árbol no puede ser discriminado a simple vista, de ahí que el efecto de la copa y del sotobosque del entorno no haya sido estudiado por separado".

El trabajo incide en el medio forestal, estresado entre otros factores a causa de los progresivos efectos del cambio climático.

El modelo ya ha sido evaluado antes de su aplicación, que será efectiva cuando se lance el satélite FLEX de la Agencia Espacial Europea (ESA, en sus siglas en inglés), operativo en los próximos dos años, según el experto.

La investigación se ha desarrollado durante casi dos años con un extenso trabajo de campo, que incluye vuelos, en este caso tripulados, analizando imágenes de alta resolución espacial y espectral para estudiar el efecto del sotobosque a diferentes resoluciones. 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN