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Escucho una gramola a lo lejos. Es un sonido enlatado, por lo que me cuesta identificar la canción...

Admiro a quien sabe apostar. Mis palabras son la única bala que hay en esta ruleta rusa, y tú apuntas a toda la ciudad con una de las armas más poderosas sobre la faz de la Tierra.

Un bosque ronronea con las ramas al rozar con la brisa nocturna. Es el momento en el que salen las ninfas, absortas por el efecto ilusorio que ejerce ese mar verde al que ellas llaman hogar...

Eres un artista sin clase. O sea, que no eres nada. Por más que pronuncias los elementos de la tabla periódica, aquel niño que fuiste sigue muerto. Muerto en el sentido de fenecido, cadáver, fallecido; no caben las metáforas en este cuento. En el fondo te puede el melodrama, y por eso usas tantos...

Os leo las mentes y me pregunto dónde quedó aquel mar de plata firme que nos llamaba desde hacía años, desde hacía daños...

Nace la noche, de a poco, trayendo bajo su manto las sombras del averno. Lucía no se ha levantado de la cama en todo el día porque las sábanas le han proporcionado la protección necesaria, la justa y necesaria...

En Berlín, la ciudad rota, las sirenas deambulan borrachas por los callejones en busca de marineros que hayan atracado allí durante un par de noches...

Me lee la ciudad. Me lee sin expectación, pero me lee. Le escribo a la ciudad. Le escribo por imitación, pero le escribo...

Me robasteis todos los lobos. No he podido ver la selva y ahora ella duda de mí porque llevo vuestra marca, vuestro nombre y vuestra sangre...

Grande la vida y grande la noche oscura. Aquí y ahora comienza la aventura que deberás afrontar con los ojos bien abiertos...
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