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Alcalá la Real

Haiku del Buen y del Mal Amor: un imaginativo proyecto educativo contra la violencia

La profesora Carmen Serrano, del Antonio de Mendoza, lleva a cabo un proyecto que se vale de poemas para que el alumnado exprese sus pensamientos sobre el tema

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  • Collage de haikus llevado a cabo por alumnado del IES Antonio de Mendoza. -

A veces, la forma más efectiva de llegar a los jóvenes está ligada a la imaginación. Es lo que ha ocurrido en el IES Antonio de Mendoza, con la iniciativa puesta en marcha por la coordinadora de Igualdad, Carmen Serrano, para alumnado de ESO y ESPA con motivo de la celebración del 25 de noviembre, y que lleva por nombre “Haiku del Buen y del Mal Amor”, proyecto que incluso ha merecido la publicación en el portal web de Educación de la Junta de Andalucía.

“Es un año difícil y duro para los centros educativos, por eso agradezco mucho más la ayuda y la ilusión que siempre me regalan mis grupos con su respuesta y apoyo incondicional. El título de la actividad alude al buen y mal amor, ese que debemos aprender a diferenciar para sentirnos, con plena conciencia, iguales y comprender que no debemos creernos nunca dueños ni dueñas de nadie. Nuestros adolescentes no siempre tienen clara la diferencia entre ambos y se hace indispensable trabajar cada día, en la medida de nuestras posibilidades, para que no les quede la menor duda”, nos explica Carmen Serrano.

“Como profesora de Lengua y Literatura, trabajar con versos y poemas me ha servido para que utilicen este recurso a la hora de expresar las emociones, ideas y pensamientos que les suscita este tema. Desde el Departamento de Lengua y Literatura, empezamos casi hace un mes este proyecto. Primero explicamos a nuestro alumnado y en nuestras clases qué es un Haiku, dónde surge y cuál es su temática. Pasamos después a recordar el esquema métrico en poesía pues el Haiku tiene unas medidas estrictas de 17 sílabas repartidas en tres versos de 5, 7 y 5 sílabas y que no tienen rima. No es fácil, pues este tipo de composición recoge un instante, un momento efímero de la realidad, y captar en tres versos todo eso es complicado”.


“Tuve el honor de conocer a un gran hacedor de Haiku, Manolo Lara Cantizani, escritor lucentino al que admiro y que por desgracia ya no está entre nosotros. Él me inculcó la pasión por este tipo de poema corto, pero intenso y profundo, y desde que lo conocí, en el año 2008, llevo a los centros en los que he impartido mis clases, su obra y sus enseñanzas. Leyendo sus Haiku, y siguiendo su estela, les muestro a mis chicos y chicas muchos de los que él hizo con su alumnado. Cuando lo hago, se quedan perplejos y su primera impresión es decirme que ellos no van a ser capaces de inventar algo tan hermoso. Pero no es así, y en un par de clases nos llueven los Haiku. Después dejo en sus manos la originalidad para su presentación, desde dibujos, collage o incluso fotografías que acompañen sus versos. Cuando acabamos el mural para la fecha del 25N y me entregaron sus poemas, elegimos los que atendían a las pautas dadas y eran más originales e hicimos murales con todos ellos. El colofón, con todo el material que teníamos, fue la realización de este vídeo que recoge toda nuestra ilusión y nuestro trabajo”, confiesa Carmen.

“Suelo realizar con el alumnado esta actividad para el 25 N y hablamos y expresamos lo que para cada uno de nosotros es el buen y el mal amor; siempre con una mirada de esperanza y albergando la idea de que, a pesar de las cifras que no cesan de mujeres asesinadas por esta lacra tan desoladora, es posible que algún día no tengamos nunca más que hablar de estas cifras de la vergüenza. Ellos y ellas son el futuro y no deben ni pueden verlo como algo cotidiano, sino que también deben implicarse para poder erradicarlo”.

En cuanto al título de este proyecto, tiene mucho que ver con Juan Ruíz, Arcipreste de Hita, y su Libro del Buen Amor. Y de paso, ya que soy de Alcalá la Real, reivindico, como muchos estudiosos y estudiosas de este autor han hecho, que nació en esta tierra y que es mi paisano. Y así le rindo homenaje. Quiero agradecer la ayuda de mis compañeras Teresa y Eva, y sobre todo de mi alumnado de Filosofía, ya que sin ellas y ellos esto no hubiera sido posible”.

 

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