Publicidad Ai
Publicidad Ai

En román paladino

Independentistas

La palabra España les produce urticaria. Optan por Estado Español

Publicado: 11/05/2022 ·
09:50
· Actualizado: 11/05/2022 · 09:50
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
  • Pere Aragonès. -
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

VISITAR BLOG

Los espiados  oficialmente -18- están encantados -más que ninguno el engreído presidente de la Generalitat-  porque se sienten  señalados como  los  que son de verdad fetén, fetenes, pata negra del soberanismo.  Son 18 los que los jueces autorizaron para ser seguidos por el CNI.  Barcelona ardía y los disturbios ocupaban  el centro de la capital catalana. La sede de la Policía Nacional estaba bloqueada.  El aeropuerto de El Prat colapsó. Esos eran los motivos para seguir a los que encabezaban o financiaban -presuntamente- un denominado Tsunami Democrático. Y Rusia con Puigdemont.  Los restantes, hasta superar los 60, que son detallados  por  un estudio universitario canadiense   son de  penosa segunda división, lo que  provoca un gran disgusto a los no incluidos  en el espionaje estatal. El Estado Español -lo llaman como se llamaba oficialmente  en  tiempo del franquismo- es el responsable de todos los males para los soberanistas catalanes. La palabra España les  produce urticaria. Se sustituye por Estado Español. Algunas izquierdas españolas siguen ese sendero de ignorar lo que pone su pasaporte, su DNI y la historia. Los sentimientos son otra cosa.

El presidente de la Generalitat es el representante ordinario del Estado en Cataluña, pero cuando acude a Cataluña el jefe de ese Estado, que él representa  en Cataluña y del que no rechaza ninguno de las prorrogativas, no acude a recibirlo, incluso lo menosprecia públicamente  El disparate puede continuar indefinidamente.

¿Dónde está el problema? Son varios. En primer lugar, el gobierno español necesita los votos de los soberanistas catalanes para sacar adelante los presupuestos y algunas leyes. Para otras leyes hay distinta geometría posible en el parlamento español. En segundo lugar, las explicaciones que se dan en la comisión de secretos oficiales se tornan  de publico conocimiento a los minutos de cerrarse la sesión. Eso conlleva   que no se puedan dar todos los detalles de las actuaciones. Sería una temeridad para el CNI. En tercer lugar, el conflicto se alargará porque los independentistas quieren sacar jugo a su situación victimista, el terreno donde se hallan  cómodos. Por eso presentan querellas en Francia, Alemania, Suiza, Bélgica y Luxemburgo. En cuarto lugar, el presidente tiene que dar explicaciones en el parlamento y el socio de gobierno -Podemos- cree que distanciarse del PSOE le da réditos, algo  incomprensible para el resto de la humanidad. Vienen curvas, pero no un terremoto.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN