Publicidad Ai
Publicidad Ai

Andalucía más que verde

Una de cal y otra de arena

Sobre la nueva Consejería de Sostenibilidad de la Junta de Andalucía

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai

En el día de ayer, el presidente andaluz Moreno Bonilla hizo pública la nueva composición del Gobierno Andaluz, que en términos medio ambientales recupera la Consejería de MedioAmbiente, en la que también seincluye Sostenibilidad y Economía Azul, desligándola de la Consejería de Agricultura.

La cual, además de ser responsable de Ganadería y Pesca, incorpora las competencias sobre Agua y Desarrollo Rural.

Algo que para el partido de la ecología política Verdes Equo, corrige el error mayúsculo de la anterior legislatura de convertir el “Medio Ambiente” en una competencia menor incluyéndola en la macro Consejería de Agricultura.

Y, con ello, desmantelando gran parte del organigrama andaluz en dicho ámbito y teniendo que rectificar a principios de 2021 para, al menos, garantizar un mínimo de coherencia ambientalista creando las Delegaciones Territoriales de Sostenibilidad que, de alguna manera, descentralizaban y hacían más cercana y operativa la acción del Gobierno Andaluz en esta área.

Por otro lado, la incorporación del epígrafe “Economía Azul” en esta Consejería, creemos que obedece más a una moda y forma de captar fondos europeos que a una verdadera convicción por parte del Ejecutivo Andaluz.

Y para muestra ahí están las declaraciones de Moreno Bonilla para justificar dicha inclusión:

“La Economía Azul se refiere a todo lo relacionado con el mar, una fuente de riqueza permanente y que es algo que no hemos cuidado o protegido como elemento dinamizador social y económico; algo que en Europa se lleva trabajándose desde hace tiempo, sobre todo en los países con mucha costa”.

Y es que, aunque la salud del mar y los océanos sea fundamental para la vida en el planeta (ya que nos aportan infinidad de recursos, son un enorme captador de CO2y regulador del clima, yen un futuro próximo nos proveerá de los nutrientes indispensables para asegurar la alimentación de un planeta superpoblado y con cada vez menos tierras fértiles para producir alimentos).

Los argumentos esgrimidos por el Presidente de la Junta para justificar su presencia en esta Consejería parecen bastante banales y poco convincentes.

Respecto a la inclusión de las políticas de Agua en la Consejería de Agricultura, desde la ecología política albergamos serias dudas de que obedezca a un verdadero compromiso por regular desde una perspectiva de justicia social y ambiental un bien tan necesario y escaso en nuestra tierra como el agua.

Ya que pese a que Moreno Bonilla, en la campaña electoral y en su discurso de toma de posesión, aludió con frecuencia a que ésta sería “la legislatura del agua”, las políticas desarrolladas hasta ahora por la Consejera Carmen Crespo (que renueva en esta responsabilidad), siguen redundando en aprovechar al máximo todas las fuentes hídricas, mediante la sobreexplotación de los  acuíferos existentes, los trasvases desde otras cuencas hidrográficas, la desalación de agua de mar o la recuperación para el riego de las aguas residuales.

Vamos, todo lo contrario a lo que propone la Directiva Marco Europea sobre el Agua.

Es decir, priorizar la recuperación de los caudales medio ambientales en todos los acuíferos, establecer una moratoria en el cambio de uso del suelo de secano a regadío, controlar y clausurar la infinidad de pozos ilegales que siguen extrayendo agua a pesar de sentencias firmes como la del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea respecto a los pozos ilegales en el entorno de Doñana, etc.

En fin, más de lo mismo, ya que, en la legislatura anterior,la de “La Revolución Verde”, se cometieron atentados contra el medio ambiente desde la propia Junta de Andalucía.

Por ejemplo, con Decretos como el 2/2020 que, bajo la justificación de agilizar y simplificar los trámites de determinados procedimientos administrativos en materia de energía, medioambiental, de salud, de ordenación del territorio y de urbanismo; básicamente consistió en una desregulación general de la mayoría de las leyes y decretos garantistas de la sostenibilidad y la protección de los espacios naturales de Andalucía.

A lo que hay que añadir  la aprobación a finales de 2021 de la LISTA (Ley de Impulso para la Sostenibilidad delTerritorio Andaluz), que pese a su nombre rimbombante no es más que una nueva Ley del Suelo, que facilita el cambio de uso de  incluso suelo protegido en pro de un “bien social” como puedan ser la construcción de infraestructuras para vías de comunicación, líneas eléctricas, explotaciones mineras, desarrollo turístico, etc.

Y que está recuperando viejos proyectos urbanísticos, campos de golf, mega parques fotovoltaicos o grandes centros comerciales que dormían en cajones en los despachos de las administraciones y que una legislación ambiental tan laxa y los intereses especulativos de las corporaciones de siempre, han vuelto a poner de actualidad.

Y, para terminar, unos apuntes sobre lo que las y los ecologistas podemos esperar de las personas que presidirán ambas consejerías.

Empezando por Carmen Crespo, que repite al frente de Agriculturay que ha dado muestras sobradas de su alianza con las grandes empresas de la agroindustria, la ganadería o la pesca industrial, plegándose siempre a sus intereses y a un modelo de desarrollo nada sostenible e incompatible con la agricultura tradicional, la ganadería extensiva o la pesca artesanal que sobreviven como pueden sin ninguna ayuda institucional y salvando todas las trabas que les impone la administración para poder competir en un mercado cada vez más centralizado en las grandes multinacionales de la distribución y la comercialización de las producciones del sector primario.

Y, por otro lado, Ramón Fernández Pacheco, el nuevo Consejero de Sostenibilidad, que en palabras del presidente Moreno Bonilla “representa la centralidad, la moderación e inclusión y con mucha capacidad de diálogo”.

Pero cuya gestión al frente del ayuntamiento de Almería deja bastante que desear en ámbitos con mucha relación con las competencias que deberá desarrollar a partir de ahora.

En este sentido baste recordar la campaña que dirigió para convertir la Plaza de la Constitución de la capital en una “plaza castellana” diáfana y despojada de los 21 ficus que le daban sombra y que afortunadamente la contestación ciudadana y el Tribunal Superior de Justicia Andaluz abortaron, o su incapacidad para eliminar las aguas fecales urbanas que arroja a diario al mar el último tramo de la Rambla de la ciudad.

Por no hablar de su silencio cómplice ante la desecación de las Salinas de Cabo de Gata que forman parte del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar y que están dentro del término municipal del ayuntamiento que hasta ayer presidía.

Por todo ello, desde el partido verde andaluz, aunque somos bastante escépticos sobre las “políticas verdes” que puedan desarrollar ambos almerienses al frente de sus respectivas consejerías, les daremos los 100 días de cortesía que son habituales como margen de actuación para todos los nuevos cargos de la administración.

Pero, desde ya les apremiamos a que en Agricultura prioricen el control de los innumerables pozos ilegales que hoy en día siguen esquilmando nuestros escasos recursos hídricos con toda impunidad, que se paralicen nuevos cambios de uso de suelo de secano o forestal a regadío, y que se cree un verdadero servicio de prevención de incendios con plantilla y medios suficientes para trabajar durante todo el año en el manejo y limpieza de la masa forestal del monte andaluz. 

Mientras que al titular de Sostenibilidad le pedimos un pronunciamiento claro sobre la incompatibilidad del proyecto de parque eólico marino Ágata Verde con la Reserva de la Biodiversidad y el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, la firma de un convenio con la empresa Salins para asegurar la conservación y biodiversidad del humedal de las Salinas de Cabo de Gata aunque la empresa deje de explotar económicamente las salinas, una actuación decidida para el correcto tratamiento de los plásticos agrícolas evitando que acaben en el mar, y la revisión ambiental de todos los proyectos fotovoltaicos y eólicos presentadospara su ubicación en el término municipal almeriense de Lucainena de las Torres.

Confiemos en que ambos sepan rectificar sus actuaciones anteriores, porque como dice el refrán, “rectificar es de sabios”.

Manuel Pérez Sola coportavoz andaluz de Verdes Equo

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN