El Getafe ganó al Villarreal (3-0) en un partido fundamental para las aspiraciones europeas de ambos equipos, y continúa con su pelea por alcanzar el sexto puesto que da derecho a jugar la próxima edición de la Liga Europa.
Lo hizo en un partido extraño, que se resolvió en la segunda parte gracias a un fogonazo de Mané, culpable del despertar de su equipo. Justo antes, el Villarreal estuvo a punto de adelantarse en el marcador hasta en tres ocasiones, pero una acción aislada del lateral zurdo "azulón" cambió el devenir del choque.
Y eso que la lluvia impidió ver un partido más predecible en el Coliseum Alfonso Pérez. El calor del domingo en Madrid dio paso a un frío desalentador el martes. Y encima, con agua. Ésta cayó de lo lindo antes del choque, y, con el césped bastante mojado, no hubo forma de que ninguno de los dos equipos controlasen el partido. Por lo menos, así fue en los primeros 45 minutos, donde se mascó el gol en muchas ocasiones.
Y es que fue un primer periodo repleto de acercamientos. Villarreal y Getafe acechaban continuamente las áreas rivales, pero curiosamente no hubo ninguna oportunidad clarísima. Los linieres se encargaron, haciéndolo bien o mal, de parar lo que los defensas no conseguían hacer.
Ellos desbarataron las ocasiones más claras. Habrá que analizar tres por televisión. Y usando una regla. La primera, una falta botada por Ariel Ibagaza acabó con un cabezazo en la red de Joan Capdevilla. No valió. La bandera de cuadros ondeaba desde un lateral. Lo mismo ocurrió con otro tanto de Nilmar tras un buen pase de Rossi. También estaba en fuera de juego. En el lado contrario, el linier desbarató un mano a mano del venezolano del Getafe Nicolás Fedor "Miku".
En medio de este trío de "oportunidades", hubo otros acercamientos como mínimo peligrosos. Pedro Ríos tuvo el gol debajo de la línea, pero no llegó a rematar por milímetros un centro de Manu del Moral. El delantero jienense también pudo adelantar a los madrileños, pero Diego López, en la única parada de los primeros 45 minutos, desbarató la ocasión del Getafe.
Así se llegó al descanso, tras un primer acto extraño en el que el Getafe, pese a tener tres bajas importantísimas (Roberto Soldado, Derek Boateng y Pedro León), y a "Cata" Díaz en el banquillo recién recuperado de una lesión, ganó a los puntos al Villarreal. Lo hizo gracias a un centro del campo muy peleón, con Javier Casquero y Fabio Celestini muy entonados en labores de destrucción. No tanto en la de creación, aunque por lo menos anularon a Cani, Bruno y Senna, que fue cambiado a tres minutos del descanso por el francés Robert Pires.
El premio de Europa esperaba a los dos equipos. Un empate no valía para nada. Ambos, perdían muchas de sus esperanzas de alcanzar los puestos de la antigua Copa de la UEFA si el encuentro acababa en tablas. Por eso, el primero en salir a morder fue el Villarreal. Con Robert Pires en el centro del campo, los hombres de Juan Carlos Garrido se hicieron con el control del partido.
Entonces, llegaron ocasiones de las de verdad. La primera, para Rossi, que mandó al poste un magnífico pase en profundidad de Pires. Después, el francés disparó a las nubes un pase de la muerte de Cani. La tercera consecutiva fue para Ariel Ibagaza, que lanzó una falta que salió besando la escuadra de Jordi Codina.
Pero el fútbol es muy extraño. El Villarreal se había hecho dueño y señor del choque y estaba a punto de adelantarse en el marcador. Sin embargo, una jugada desafortunada cambió el rumbo del choque. En un arranque de furia, Mané se sacó un trallazo desde más allá de fuera del área que Diego López no supo atrapar. Por allí pasaba Miku para marcar su cuarto gol en esta Liga y el primero de su equipo en una noche desapacible.
El tanto espoleó al Getafe, que salió de las profundidades cuando estaba hundido. Parecía que Europa se iba a alejar en cualquier momento, pero el tanto de Miku cambió las tornas. Los madrileños se lanzaron a morder a su rival y consiguieron hincarle el diente. Lo hizo Mané. De nuevo el lateral izquierdo "azulón" se erigió como protagonista. Esta vez, más directo.
Jamás ha lanzado una falta desde que llegó al equipo este verano. Sin embargo, agarró el balón con decisión, sin que nadie pudiera quitárselo y pidió tirar un lanzamiento muy apto para un zurdo como él. Su disparo pasó por la barrera, dio en el palo, el rebote golpeó en la espalda de Diego López y la pelota besó la red. Ahí se acabó todo.
El Villarreal lo intentó sin suerte y sólo pudo recibir un tercer gol de Miku después de un contragolpe muy bien llevado por Manu del Moral. El Getafe dormirá, por lo menos durante dos días, a un punto de la Liga Europa.