Algo como es el gas butano, instalado en la inmensa mayoría de los hogares gaditanos, mantiene un procedimiento para su mantenimiento que sigue siendo desconocido por la gran mayoría de los usuarios, hecho del que tanto empresas autorizadas como ilegales, aprovechan para sacar dinero.
Se está extendiendo en las últimas fechas, nuevamente, el servicio a domicilio, llamando puerta a puerta con la excusa de revisar la instalación del gas. Ese procedimiento no es ilegal, siempre que se trate de instaladores autorizados, pero el usuario no tiene porqué acceder a sus peticiones y dejarles pasar. Antes, las revisiones se hacían de manera gratuita por parte de Repsol Butano, de quien era responsabilidad, pero desde 1992 se eliminó ese monopolio, abriéndose el mercado y pasando a ser responsabilidad del usuario la revisión de la instalación cada cinco años con la empresa que elija.
Desconocimiento
Ese hecho es desconocido por la mayoría de usuarios, lo que lleva a muchas empresas (hay más de 100 oficiales trabajando en la provincia gaditana, a las que se les suman las que llegan desde Sevilla o Málaga) a realizar “malas prácticas”, señalan desde Grosso Herran SL, la distribuidora oficial de Repsol Butano en Cádiz.
“Unas veces se aprovechan del desconocimiento de la gente, otras de que sean personas mayores, también dicen que es obligatorio o que si no acceden a que se revise la instalación les cortarán el suministro…, normalmente juegan con el engaño y la fragilidad de las personas”, asegurando que ellos, “como distribuidor oficial que somos, no hacemos ese procedimiento de ir puerta a puerta. Nuestro forma de actuar es avisar telefónicamente a aquellos clientes a los que está a punto de caducarles la instalación y le ofrecemos nuestras tarifas y haciéndoles un presupuesto. Si están de acuerdo, le damos cita y sólo entonces es cuando vamos a su domicilio para realizar los trabajos oportunos. La otra forma es que el usuario, como obligación suya que es la revisión, contacte con nosotros”, comentan desde la distribuidora, dejando claro por tanto que “no es ilegal, pero no hay porqué dejar pasar a quien llame a la puerta, hay que tener prudencia porque no se sabe a quien estás contratando”, añadió.
Además, recuerda que cuando se revisa la instalación, la empresa debe entregar un boletín, “algo que no hacen siempre”, para que el usuario “nos los entregue para actualizar la caducidad de la revisión y sino lo entregan es haber pagado por nada”.
Abusos
Otro de los aspectos que motivan más quejas de los usuarios suelen ser las elevadas y dispares facturas, dependiendo del cliente y en muchos casos haciendo trabajos que no son necesarios para engordar las facturas.
“A veces hacen cambios que no son necesarios como la goma, algo que puede hacer el propio usuario, o cambian el regulador, el cual no caduca y sólo ha de cambiarse cuando esté estropeado, pero como presentan facturas y el cliente las firma, se cubren las espaldas y ya no se puede hacer nada”, comentan.
Engaños
La distribuidora valora positivamente “la competencia, pero no se puede jugar con cambiar cosas innecesariamente o cobrar excesos” y mucho menos, timar al usuario, como también sucede. “El año pasado una empresa dejaba fugas en las instalaciones cuando presentaban la factura y el usuario se negaba a que le hicieran el trabajo, con el riesgo que eso conlleva. En una sola mañana llegamos a tener cinco fugas. Dimos con quien era, le advertimos que lo denunciaríamos y afortunadamente no lo repitió”. Por tanto, desde Grosso Herran SL apuestan por que se haga una campaña informativa para que el usuario “sepa que tiene la obligación de revisar la instalación cada cinco años, pero con quien elija y no con el primero que llame a su puerta”.
Facua
Desde la Federación de Consumidores en Acción (Facua) afirman que la revisión de la instalación del gas butano “es un tema frecuente de consulta y reclamación por parte de los usuarios”, añadiendo que las denuncias que les llegan “son frecuentes, pero en la mayoría de los casos no podemos hacer nada porque el precio es libre y el usuario ha firmado la factura”.
Para evitar este tipo de acciones en los que “te suelen colar un facturón sin darte la opción a comparar precios”, Facua recomienda que “con los instaladores que vengan llamando a la puerta de casa, por muy instalador oficial que sea, no debemos hacer nada con ellos y así terminaremos con esto”, señala.
“El usuario está obligado a revisar la instalación del gas, pero debe buscar el momento de hacer la revisión y comparar precios” y no caer en las artimañas o engaños que suelen usar los que llaman a la puerta: “Suelen amenazar con que si no acceden se les puede cortar el suministro”, por ejemplo, algo que es imposible porque “no está controlado, puedes hacerte con una bombona en una gasolinera o en el camión que las reparte” sin que te pidan alguna documentación, pero se aprovechan del desconocimiento de la gente.