En España hay niños ingresados en los hospitales que están solos, sin el referente de los padres, lo que les provoca un estado de ansiedad que obliga a posponer pruebas y dificulta la labor médica. Subsanar esta laguna es objetivo de sanitarios y oenegés que afirman que el acompañamiento acelera la curación y el alta hospitalaria.
La salud mental, en el caso de adolescentes tutelados, y las lesiones en menores víctimas de maltrato son las patologías más recurrentes en niños que ingresan solos. También están los menores en espera de un trasplante o niños que estando en acogida su familia ha renunciado a ellos al desarrollar el menor una enfermedad grave o terminal.
"Hospitales en acción: ni un niño solo" es el lema de la jornada que este viernes celebra la ONG Mamás en Acción, en el hospital Niño Jesús, y en la que responsables de los servicios de Pediatría de hospitales de Madrid, Valencia y Barcelona coinciden en que el acompañamiento mejora la capacidad neuronal y supone un beneficio psicológico para la salud del menor.
Uno de los ponentes, el jefe de pediatría del hospital La Fe de Valencia, Emilio Monteagudo, explica a EFE que "no es tan importante la disminución de la estancia hospitalaria como la mejora que el acompañamiento supone en la calidad de vida del menor, en su estado de ánimo y en cómo vive el proceso de hospitalización".
En su ponencia, "Cariñoterapia", el doctor Monteguado subraya la trascendencia de la carencia afectiva en el niño bien por ausencia de padres o por insuficiente apego y las consecuencias en su desarrollo. También incide en "la importancia del trato afectuoso con los pacientes, sean niños o adultos".
ACOMPAÑAMIENTOS DE HASTA 6 MESES A LA ESPERA DE UN TRASPLANTE
Desde hace cinco años, el hospital universitario Gregorio Marañón tiene ingresados a menores acompañados por voluntarios de esta ONG, mientras esperan un trasplante cardíaco.
El último de ellos, un bebé de meses, acaba de ser intervenido y ha pasado satisfactoriamente al posoperatotorio, explica a EFE la jefa de trasplantes pediátricos, Manuela Camino.
En el caso de estos niños, el acompañamiento de la ONG es para dar soporte a la familia biológica que, en muchos casos, se ha desplazado de comunidad y tiene más hijos, por lo que se trata de conciliar para que los padres puedan atender al resto.
La parte más dura es la espera a recibir el órgano a trasplantar, que puede prolongarse hasta seis meses, tiempo en el que el voluntario se implica en dar de comer al niño, participar en su aseo y entretenerle para hacer más llevadera la estancia.
"Es un tiempo de incertidumbre y se hace eterno. El posoperatorio suele durar otros dos meses, uno en la UCI y otro en planta, pero es ya más llevadero, estás esperando el alta", dice esta doctora.
Explica que, en general, se trata de bebés con malformación cardíaca grave. "Hacemos a las madres un diagnóstico prenatal, dan a luz aquí o les derivan a este hospital que es centro de referencia, los niños ingresan en la UCI neonatal y cuando se les estabiliza pasan a planta".
Camino afirma que el acompañamiento supone un gran beneficio psicológico para la salud del niño y para los padres, y la satisfacción del centro con la ONG es "muy alta".
Esta doctora está convencida de que se acorta la estancia porque un bebé bien cuidado neurológicamente, que come y coge peso, significa que está a gusto.
También expresan su satisfacción desde el hospital Niño Jesús, donde trabajan con la ONG desde su creación y subrayan su "rigor, prontitud, entrega y compromiso".
De hecho, este fue el primer hospital en el que esta ONG puso en marcha los acompañamientos, "y todas las semanas hay presencia de Mamás en Acción, en cualquiera de las especialidades", explica a EFE la jefa de Atención al Paciente, Pilar Herreros.
MAMÁS EN ACCIÓN, EN 31 HOSPITALES DE OCHO CIUDADES ESPAÑOLAS
La ONG, que cumple diez años, acumula 50.000 horas de acompañamiento a 700 menores repartidos por 31 hospitales de ocho ciudades: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Castellón, Murcia, Cartagena y Las Palmas de Gran Canaria.
Su fundadora Moja Gimeno explica a EFE que son 3.000 voluntarios que realizan turnos los siete días de la semana y 24 horas. Los acompañamientos más frecuentes son de unas semanas, pero han llegado a estar un año en el hospital.
Cada mes se suman más voluntarios, pero también se da de baja a quienes no cumplen el compromiso de tres acompañamientos al año.
Aprovechando esta jornada, Gimeno hace un llamamiento para que las administraciones promuevan campañas de visibilización de esta realidad, que permanece oculta para muchos ciudadanos.
Andalucía
Acompañar a un niño solo hospitalizado acelera la curación y acorta la estancia
La salud mental, en el caso de tutelados, y las lesiones en menores víctimas de maltrato son las patologías más recurrentes en niños que ingresan solos
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