La Guardia Civil ha desarticulado una organización que presuntamente extorsionó a más de 100 víctimas en España a través de la publicación de anuncios ficticios en plataformas de citas en línea con contenido sexual. En la operación han sido detenidas 34 personas e investigadas otras 27 más.
Además, se han realizado siete registros domiciliarios en las localidades de Valencia, Burjassot, Alfafar, Sedaví y Tous, donde se han intervenido 50 teléfonos móviles, tarjetas bancarias, 6.505 euros en efectivo, 180 gramos de hachís, 281 gramos de marihuana y 164 gramos de anfetaminas, así como armas prohibidas (defensa extensible, espray de defensa personal y machete de gran tamaño) y cámaras espías.
También se han incautado joyas, relojes, material informático y electrónico, documentación falsa utiliza por los presuntos autores y documentación de terceros, tarjetas bancarias a nombre de víctimas de extorsión y mulas económicas, ha informado el instituto armado en un comunicado.
Igualmente, se han realizado varias inspecciones en locutorios de Valencia, que, al parecer, la organización utilizó para dar de alta más de 500 líneas de teléfono con identidades falsas.
La organización publicaba anuncios ficticios en plataformas de citas en línea con contenido sexual. Los clientes de estos servicios realizaban llamadas a la supuesta casa de citas con el fin de concertar un encuentro, momento en el que los perjudicados se convertían en víctimas de la organización a los que exigían pagos de dinero.
La organización investigaba minuciosamente la privacidad de las víctimas con el fin de obtener toda la información posible para utilizarla con posterioridad. Una vez recopilados los datos, realizaban una llamada telefónica a las víctimas haciéndose pasar por integrantes de mafias del Este, que estaban "enfadados" porque "les habían hecho perder el tiempo a él y a sus chicas".
Los presuntos autores incluso hacían uso de vídeos de personas torturadas que se negaban a pagar, así como vídeos mostrando a individuos enmascarados empuñando armas de fuego o machetes de gran tamaño. En ocasiones, extorsionaban a las víctimas hasta que estas agotaban sus fondos y luego les exigían que solicitaran préstamos personales hasta dejarlas en la ruina.
Los pagos realizados por las víctimas se ingresaban en cuentas bancarias de personas que actuaban como mulas económicas, cediendo sus datos personales a cambio de un beneficio económico. Estas personas eran reclutadas en la calle por los miembros de la organización que ocupaban puestos jerárquicos superiores, lo que dificultaba la investigación.
Uno de los líderes de la organización, asiduo a locales de juego y casas de apuestas, utilizaba estos establecimientos para blanquear gran parte del dinero que ingresaban los perjudicados en la cuenta de las mulas económicas. A través de los dispensadores de efectivo de que disponen estos lugares conseguían burlar las limitaciones establecidas por las entidades bancarias para la extracción de dinero en cajeros automáticos.
En este sentido, la Guardia Civil investiga a dos trabajadoras de una casa de apuestas por su presunta colaboración en el blanqueo del dinero.
Una de las víctimas, tras ser extorsionada por la organización, tuvo que ser atendida durante meses por psicólogos especializados, quienes le diagnosticaron graves secuelas psicológicas. Otra fue secuestrada en la localidad de Benassal (Castellón), donde fue obligada a subir a una furgoneta. Le colocaron una bolsa de plástico en la cabeza y un cuchillo de gran tamaño en el cuello y la obligaron a ir al banco para sacar todo el dinero de su cuenta bancaria.
Asimismo, se detectó que la organización también llevaba a cabo estafas bancarias al hacerse pasar por el departamento de seguridad de diversas entidades financieras. Los estafadores, a través de campañas de phishing, obtenían los datos bancarios de las víctimas y accedían a sus cuentas bancarias. Una de estas víctimas resultó ser una anciana de más de 70 años de edad enferma de Alzheimer.
Hasta la fecha se han detectado, del análisis de más de 100 productos financieros utilizados por la organización, más de 100 posibles víctimas que no han tomado la decisión de interponer denuncia por el miedo infundido por los autores de los hechos. La organización criminal podría haber obtenido un beneficio económico superior a 250.000 euros.
A los detenidos se les atribuyen los presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, extorsión, secuestro, lesiones, estafa, robo con fuerza, falsificación documental, posesión ilícita de armas y delitos contra la salud pública.
Las detenciones han tenido lugar en diversas localidades valencianas: Alfafar, Burjassot, Benigamin, Chiva, Llíria, Manises, Sedaví, Sagunto, Tous, Valencia y Xátiva. Las diligencias han sido entregadas en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 4 de Moncada (Valencia).