Publicidad Ai
Publicidad Ai

La Pasión

Manuel Miñarro: "Si yo hiciese el Cristo del Desamparo y Abandono, no tendría la lanzada"

El hermano mayor del Cerro, Manuel Zamora, el imaginero Juan Manuel Miñarro y la historiadora Aurora López Güeto analizan el misterio de la hermandad

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Cargando el reproductor....

De la mano de hermanos y profesionales este martes en La Pasión pudimos analizar todo lo que da de sí el misterio del Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono.

Aurora López, historiadora, hace hincapié en los fenómenos meteorológicos que se produjeron en el instante de la muerte de Cristo. “Esos fenómenos sobrenaturales influyen en la conversión de ese hombre al pie de la cruz que no deja de hacer un trabajo que le han mandado”, comenta sobre el comportamiento de Longinos en el paso del Cerro, añadiendo que “los romanos eran muy supersticiosos y el cielo estaba cubierto desde la hora sexta, que serían las doce de la mañana”. Según esta historiadora, se habla de que estos fenómenos unidos a los temblores de tierra de “los que habla San Mateo” fueron los que convirtieron a Longinos y se representa muy bien en el misterio del Cerro.

Juan Manuel Miñarro, escultor y hermano del Cerro, alude al anacronismo existente en el paso de misterio del Cerro, explicando que “si yo hubiera hecho el Cristo del Desamparo y Abandono, no tendría la lanzada, ya que este es un hecho que ocurrió después de la muerte”. Este es algo que no se cambió a posteirori porque “no íbamos a desperdiciar el tener un cristo del siglo XVII” y en torno al misterio, explica que a pesar de que la lanzada “es incompatible con el evangelio, la conmoción del momento y del evangelio se muestra muy bien en el misterio a través de las imágenes y sobre todo en el soldado que le indica a su compañero lo que está haciendo Longinos”. 

Revive toda la explicación del paso de misterio del Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono en el último programa de La Pasión.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN