Tras muchísimos años de carrera desarrollados en diferentes países como Vietnam o Filipinas, David Gómez Ramírez recala en el Carmen de Salteras como nuevo director. Un puesto que le ha hecho volver a Sevilla, lo cual llevaba tiempo anhelando aunque como el propio director admite, “necesitaba un aliciente para ello”, añadiendo que “me fui de Sevilla porque no me daba lo que yo pedía en ese momento en lo que a orquestas se refiere; quién sabe si yo me hubiese quedado aquí, estaría dirigiendo ahora al Carmen, he tenido que irme 20 años para volver con esa mochila, esa necesidad”.
Sobre la banda que ahora dirige y la nueva etapa en la entidad saltereña, Gómez Ramírez asume que está “en una entidad soñada por cualquier director”.
En lo que a música procesional se refiere y al papel de la misma dentro de la sociedad en la que a veces se ve relegada, el nuevo director del Carmen pone los pies sobre la tierra, explicando que “la importancia que tiene es la de procesionar, no hay que volverse locos. No hay que sacarla de su contexto. Esto no quiere decir que haya que restarle calidad, porque una sinfonía no debe ser buena solo por ser una sinfonía y lo mismo para con las marchas, no hay que relegarlas por ser marchas. Puede haber y hay marchas de gran factura y otras menos pretenciosas; esta música son mis raíces”.