Los directores deben trasmitir a sus músicos pensamientos y emociones que en ocasiones son complicados de gestionar. En este sentido, Gómez Ramírez alude a que la música no es simplemente una cuestión “que entre por los oídos, sino que
también lo hace por la vista, por lo estético, es el primer golpe que vemos. Esto engloba
cómo se sientan, cómo colocan el papel, los gestos, la uniformidad… es un todo”
Sobre su experiencia al respecto asume que el hecho de “haber pasado por grandes teatros o estar presentes en otras disciplinas, hace ver que esa estética, por ejemplo en un concierto o un pregón, hace ver esos puntos estéticos y
me gusta que esté todo bien organizado”. A esto añade que “un concierto no se trata simplemente de tocar bien; si tú pones a dos bandas que tocan exactamente igual la misma marcha, pero
una cuida los pequeños detalles y la otra no e inconscientemente te vas a quedar con la que sí lo haga”.
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en el último programa de La Pasión.