La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y la Universidad de Sevilla desarrollan una herramienta con inteligencia artifical para detectarlos
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), en colaboración con la Universidad de Sevilla, ha desarrollado una herramienta para detectar y contabilizar la superficie de cultivo bajo plástico por inteligencia artificial, que ya se aplica en el entorno del espacio natural de Doñana.
El secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Hugo Morán, ha asistido este miércoles en Sevilla a la presentación de esta nueva herramienta que "será clave para el control y vigilancia de los usos del agua y cierre de pozos ilegales por parte de este organismo de cuenca", ha informado la CHG en un comunicado.
El programa está diseñado actualmente para contabilizar la superficie de cultivo bajo plástico, a lo largo de toda la campaña agrícola, a través del tratamiento de imágenes satélite con algoritmos de Inteligencia Artificial, lo que permite incidir en aquellas áreas que presentan un patrón irregular (presencia de plástico en una parcela sin autorización de captación).
La herramienta proporciona teledetección en tiempo real, con actualización cada cinco días, el tratamiento automático de las imágenes en muy poco tiempo, aproximadamente dos minutos, y el análisis de la información para la toma de decisiones vinculadas a la estricta inspección de los bombeos y la clausura de captaciones.
El ámbito de aplicación de esta herramienta, que es pionera en su empleo dentro de las demarcaciones hidrográficas del país, se circunscribe actualmente a la Corona Norte Forestal de Doñana.
El programa permite así visualizar la evolución de la superficie de cultivos bajo plástico, cómo se ha pasado desde 1.023 hectáreas fuera de ordenación en 2018 a las 704 hectáreas de esta pasada primavera.
A través de las imágenes de satélite, el sistema identifica todos los cultivos bajo plástico para, a continuación, comenzar a procesar la situación mediante su comparación con el Suelo Agrícola Regable, las concesiones otorgadas, denegadas y en trámite.
Y finalmente, utiliza la información catastral para identificar la parcela en la que se sitúan, determinando si los mismos se encuentran fuera de ordenación.
La CHG tiene previsto extender en un futuro cercano su uso a otras áreas de actuación como, por ejemplo, a determinadas masas de agua en las que existen cultivos característicos asociados (arroz, herbáceos) o a las balsas, ya que la plataforma está en desarrollo.
Para ello, la herramienta no solo cuenta con un área pública, sino que también se ha creado un área privada que permite, entre otras opciones, aplicar la teledetección con inteligencia artificial en fechas seleccionadas, así como generar planes de inspección e informes "a la carta" tanto a nivel interno (CHG) como a nivel externo (otros organismos públicos).
Asimismo, la CHG ha anunciado que lanzará en próximas fechas un portal web, accesible a todos los ciudadanos, donde se publicarán los resultados obtenidos, por lo que prevé que la herramienta generará un "efecto disuasorio que conllevará una reducción considerable de la superficie de invernaderos implantados de manera irregular".