Creo que, como el resto de los españoles y españolas, aguardo con cierta expectación la investidura del nuevo Gobierno de la nación. Más que nada porque no sé lo que nos espera, aunque puedo imaginarlo. Desde el abrumador triunfo del PP en las urnas el pasado 20-N nada se sabe ni nada se desvela sobre las primeras medidas que tomará el futuro presidente frente a la crisis y no en vano todos y todas sospechamos que no serán del agrado de la inmensa mayoría de los españoles. Mucho me temo que “esas medidas”, de las que Rajoy no dice ni esta boca es mía, van a ser mucho más duras que las que tuvo que adoptar el gobierno socialista, unas medidas que se tomaron en su día obligadas por las circunstancias, pese a que han tenido un alto coste electoral para el PSOE.
Me asalta a la memoria la imagen de la ministra de Trabajo de Italia cuando hace unos días anunciaba con lágrimas en los ojos las traumáticas medidas adoptadas por su gobierno para afrontar la grave situación económica que atraviesa ese país. Lo más curioso es que las mismas medidas que anunciaba la ministra italiana (congelación de las pensiones, reducción del salario de los funcionarios, retraso de la edad de jubilación, etc) ya la estamos aplicando en nuestro país desde hace tiempo. Ni más ni menos. Todo ello me lleva a reflexionar que no hay “recetas mágicas” ni “milagrosas” contra la crisis y, por supuesto, que gobernar es asumir responsabilidades y tomar decisiones primando siempre el interés general. Claro está que a la hora de decidir siempre hay un resquicio para hacer valer la ideología y lo preocupante a partir de ahora son las distancias insalvables que separan al PP y al PSOE. No es lo mismo, por muy duras que sean las decisiones, imponer un criterio que salvaguarde y prime las políticas sociales, los servicios públicos frente a otros modelo social y económico, en el que lo público queda en su segundo plano, en el que la sanidad y la educación están sujetas a recortes presupuestarios y en el que no se existen garantías para los derechos que ya están consolidados. Visto lo que están haciendo en algunas comunidades autónomas gobernadas por el PP, sigo igual de expectante ante lo que se avecina.