La práctica de este deporte se realiza en la playa asfáltica, destinado al centro comercial
Puerto Sherry ya ha perdido a un centenar de barcos de gran tamaño desde que Marina del Puerto retomase la gestión del complejo deportivo debido a las tasas impuestas por la concesionaria que ahora también pone en peligro la continuidad de la Escuela de Vela del Club de Mar, que tantas satisfacciones ha dado a este deporte en campeonatos andaluces, nacionales e internacionales, donde sus regatistas han logrado grandes éxitos. Elena Colomer, presidenta del Club de Mar, lo explica con claridad. “Si pretenden cobrarnos por los terrenos de la playa asfáltica es imposible continuar con la vela ligera”. Dentro de la nueva gestión de Marina del Puerto, han comunicado al club que deberán abonar 0,39 céntimos de euro por cada metro cuadrado y día que ocupen las embarcaciones sobre la playa asfáltica. Aproximadamente, hacen uso de unos 1.300 metros cuadrados por lo que al mes deberían abonar unos 15.000 euros, aproximadamente. Esta cantidad es muy elevada para el Club de Mar a cuya escuela acuden medio centenar de alumnos. Los padres “han puesto las manos a la cabeza” al conocer los precios, que entiende sólo pueden hacer frente los chavales que son campeones de España y de Europa, pero difícilmente los alumnos más pequeños y con menos práctica. Por ello teme que si prospera la postura de Marina los alumnos acaben practicando este deporte en otro puerto de la Bahía o quizás en el Club Náutico. La orden de desalojo de la playa asfáltica está relacionada con el proyecto manifestado por parte de Marina de habilitar un centro comercial de unos 4.500 metros cuadrados de superficie en ese lugar. De hecho, Información ha podido conocer que también se está intentado que los talleres situados en la zona se busquen un nuevo emplazamiento para dar a terceros esa concesión. El Club de Mar tendrá que abonar ese dinero que la concesionaria le reclama el próximo mes y, en caso contrario, tendrán que desalojar la zona. También teme el mismo futuro para el club, al que la empresa ha impuesto un canon de dos mil euros mensuales por su continuidad. De momento, le han colocado un limitador de luz para rebajar la actividad que se ha mantenido en el club desde que naciera, allá por 1994. Colomer espera que Marina “recapacite” aunque todo hace pensar que no será así. De hecho, el club ha presentado un acto de conciliación con la empresa al no reconocer ésta el convenio suscrito entre las partes en 1994. En ese documento, Marina pone a disposición de los socios -en la actualidad unos 450- buena parte de las instalaciones y servicios del puerto deportivo, y es que el mismo club nació ligado a Puerto Sherry, como bien indica su nomenclatura. Además de descuentos en las tarifas portuarias, se comprometía la concesionaria en ese documento a darle una sede social en el inacabado Raquet Club -de unos 1.400 metros cuadrados- y a poner a su disposición de forma permanente las zonas de playa asfáltica y marina seca necesarias para las actividades deportivas relacionadas con la vela ligera de las embarcaciones propiedad del club. Ahora ese acuerdo está en suspenso.