La noche del 31 de enero de de 1953 es una fecha que los holandeses nunca podrán olvidar. Una trágica tormenta rompió los diques de las islas del sur del país, las conocidas como islas de Zeeland, provocando la muerte de casi 2.000 personas, 200.000 cabezas de ganado y la inundación de 2.000 kilómetros cuadrados de territorio. Tan sólo 20 días después el gobierno holandés decidió la inmediata creación e inminente ejecución del Plan Delta, un ambicioso proyecto consistente en la creación de dos barreras que tardarían más de 30 años en construirse para salvaguradar los territorios bajo el nivel del mar del sur del país. Ana y yo salimos desde Rotterdam a explorar toda la barrera exterior siguiendo un recorrido por la carretera 57 hasta Middelburg. Le invitamos a que nos acompañe.
Nuestro recorrido se inicia dejando a nuestras espaldas los polders de Maasvlakte 2, casi 20 kilómetros cuadrados de terreno ganados al mar como una extensión del puerto de Rotterdam. En la isla de Voorne-Putten podrá visitar la pequeña y coqueta ciudad antigua de Brielle, una población perfectamente perimetrada por su muralla antigua en la que podrá disfrutar de un tranquilo paseo por las calles de trazado medieval.
A unos pocos kilómetros de distancia, y ya en la carretera 57, cruzará por el primer dique, el Haringvlietdam, un puente de 4,5 kilómetros y cuya construcción concluyó en 1971 tras 14 años de trabajo. El Haringvlietdam cumple con la doble función de detener el agua del Mar del Norte en caso de subidas bruscas de la marea así como de evacuar hacia el exterior el exceso de agua acumulada en los ríos Maas y Rhin cuando la marea está baja. En este juego de equilibrios entre los ríos y las mareas del Atlántico, los holandeses son, simplemente, unos genios.
Un breve tránsito en la isla de Goeree Overflakke por zonas agrícolas y de baja densidad de población conduce al Brouversdam, un puente que sobre una isla artificial le llevará a la isla de Schouwen-Duivenland y cuya construcción provocó la creación del lago de Grevelingen y cambios en toda la flora y fauna locales. Unos cuantos kilómetros de tranquila conducción entre prados y siempre con la presencia de los diques a nuestra derecha, le llevan a la gran barrera del Escalda. Esta faraónica y costosa obra consta de 65 compuertas del tamaño de un campo de fútbol cada una de ellas, permitiendo salvaguardar la seguridad de las zonas costeras así como conservar el ecosistema existente. A medio camino de esta gran barrera, podrá detenerse a observar los pilares y la construcción de una de las siete maravillas de la ingeniería mundial.
Neeltje
En el Neetlje Jans, pequeño parque temático, podrá parar a comer y adquirir más información sobre esta impresionante obra de adaptación de la naturaleza al ser humano. La parada en el Neeltje Jans, como me recomendó mi amigo, el holandés Paul Hoffman, es una interesante visita de gran contenido temático. Sólo por el simple hecho que supone la sensación de estar pisando una isla artificial cuyo territorio era agua, Neeltje Jans merece una parada en el camino.
Por último, la pequeña isla de Noord Beveland, en la que está la localidad turística de De Banjaard, da paso al último dique, el Vaerse Dam antes de adentrarse en las tierras de Walcheren, última isla del recorrido. En Noord Beveland podrá conocer preciosas playas de arena fina a las que podrá acceder cruzando las dunas que forman un auténtico parque natural en paralelo al Mar del Norte. Si le gusta caminar por la playa, en cualquier época el año, esta zona le encantará: aire puro, viento yodado, amplias extensiones vírgenes sin edificios que se acompañan de altas dunas que le aislarán del resto del mundo. Un pequeño paraíso, ¿no le parece?
En Walcheren, y como punto final, le espera Middelburg, una bonita ciudad cargada de historia y capital de la provincia de Zeeland. Middelburg, con una buena oferta de restaurantes, es un tranquilo lugar en el que poder degustar los mundialmente famosos mejillones de Zeeland tan populares en países vecinos como Bélgica.
Esta población que recibió el fuero de ciudad en 1217, fue un importante centro de comercio entre Flandes e Inglaterra durante el siglo XVI siendo hoy, gracias a sus cercanas playas, un codiciado destino turístico. Todo el casco antiguo es un museo al aire libre, no olvide visitar el Markt con su impresionante Ayuntamiento antiguo ni tampoco la Abadía. Esta ruta le encantará, pequeños pueblecitos, grandes obras de la humanidad y hermosos parajes de la naturaleza, algunos de los cuales, creados por el ser humano
Información práctica
Cómo llegar: Amsterdam y Rotterdam son los aeropuertos de referencia.
Dónde dormir: En Middelburg y Brielle encontrará atractivos hoteles.
Dónde comer: En las ciudades mencionadas hay un buen elenco de restaurantes.
Cómo moverse: Imprescindible vehículo.