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Andalucía

Patios de Córdoba, duodécimo valor español en lista de patrimonio inmaterial

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Los patios de Córdoba se han convertido hoy en el duodécimo valor español que entra en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la Unesco.

Hasta ahora, la última buena práctica de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad correspondió a la fiesta de la Mare de Déu de la Salut, de Algemesí (Valencia), cuyo origen se remonta al siglo XIII y que incluye piezas teatrales, danzas y músicas. Fue incluida en noviembre de 2011.

El Misterio de Elche (Alicante), un drama litúrgico de origen medieval que protagoniza el pueblo ilicitano desde hace ocho siglos, fue la primera obra española introducida en esta selección, en mayo de 2001.

Le siguieron la Patum de Berga (Barcelona), conmemoración religiosa de raíces paganas, en 2005. El silbo gomero, el Tribunal de Aguas de Valencia y el Consejo de Hombres Buenos de Murcia entraron en la lista en 2009.

En 2010 se sumaron a este patrimonio el flamenco, los "castells" catalanes y el canto de la sibila de Mallorca.

Además, también este mismo año entraron en la lista dos bienes con participación española: la dieta mediterránea, que fue propuesta conjuntamente con Italia, Grecia y Marruecos; y la cetrería, impulsada junto a España por Emiratos Árabes Unidos, Bélgica, República Checa, Francia, República de Corea, Mongolia, Qatar, Arabia Saudí, Siria y Marruecos.

Actualmente, forman parte de esta clasificación 232 elementos pertenecientes a 86 países.

Según la Convención de la UNESCO, el patrimonio cultural inmaterial es "el crisol de nuestra diversidad cultural, y su conservación, una garantía de creatividad permanente".

Se manifiesta en las tradiciones y expresiones orales, las artes del espectáculo (música tradicional, danza y teatro); usos sociales, rituales y actos festivos; conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; y las técnicas artesanales tradicionales.

En la definición se señala que este patrimonio se transmite de generación en generación, se recrea constantemente por las comunidades, infunde un sentimiento de identidad en los grupos, es compatible con el respeto a los derechos humanos y cumple con los imperativos de respeto y tolerancia.

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