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Andalucía

La nueva etapa de la Junta

Los problemas políticos de Griñán con el PSOE jienense los están pagando los ciudadanos, actitud que esperamos resuelva la llegada de Susana Díaz

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Esta semana se va a producir el relevo en la presidencia de la Junta de Andalucía y desde Jaén este hecho de relevancia política hay que observarlo con expectación porque le va mucho en ello a sus intereses, la mayoría de las competencias de las que depende el futuro de esta provincia están en las manos del gobierno autónomo y por tanto es mucho lo que se pone. Especialmente si como en el caso de Jaén, y de una manera muy singular la propia capital de la provincia, tenga tan poco que agradecerle a la Junta, que siempre ha sido cicatera con las necesidades de esta ciudad y en la que muchas de sus más importantes aspiraciones desde hace muchos años siguen aún aparcadas. La etapa de José Antonio Griñán al frente de la presidencia ha sido una continuación de anteriores etapas de olvido e indiferencia y aunque el comportamiento político en términos generales se ha mantenido independintemente del color de la alcaldía, cuando ha gobernado el PP, como ocurre ahora, los efectos de la desatención han sido más visibles, lo que últimamente se ha unido a la crisis económica y ha dejado a Jaén en una situación de abandono incompatible con el mínimo trato que el gobierno ha de dispensar a una población de estas características. Por si fuera poco los problemas políticos de Griñán con el PSOE jienense lo están pagando los ciudadanos  en una actitud que esperamos que Susana Díaz resuelva con su llevada porque no ha beneficiado en nada al crédito político de quienes gobiernan la Junta y por el contrario ha aumentado con ellos el histórico divorcio de los jienenses.

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