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La enfermedad, el dolor y la sanidad

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Nada nos hace más iguales que la enfermedad y el dolor. Poco importa lo que has sido o lo que hayas hecho pero en los momentos en que te sientes indefenso ante lo que no puedes controlar todos somos iguales. No importa el dinero que puedas tener o lo inteligente o torpe que te hayas conducido por la vida cuando te llega ese momento, cuántos no cambiarían todo por tener salud. Pocas cosas hay tan delicadas y que se deban valorar tanto como la salud. Ya desde hace años la preocupación por tener un buen sistema sanitario ha sido una de las exigencias ciudadanas más claras en la comarca. Poco a poco se han ido reparando deficiencias y cuestiones que clamaban al cielo. Muchos se acordarán de aquella famosa Historia de una escalera, pero no la de la obra teatral de Antonio Buero(Bueno) Vallejo sino de la del ambulatorio Menéndez Tolosa, ese escarnio público que se prolongó años y años. Recuerdo la etapa como delegada de Salud de María de la O Jiménez, una de las más nefastas políticas que he conocido, que culminó con un fracaso estrepitoso cuando se presentó como candidata a la Alcaldía de Cádiz allá por 1999 (otra anécdota muy buena es cuando en Algeciras se pusieron carteles electorales pidiendo el voto socialista para Jiménez). Desde entonces, una década ha pasado y la sanidad ha mejorado, lentamente eso sí, pero hay que añadir que aún queda por hacer. Espero que la nueva gerente del área, Inmaculada Cosano, –entrevistada por éste su diario hace apenas unos días– impulse la mejora de los servicios sanitarios y no tengamos que escuchar peticiones como un pueblo sin pediatra, la falta de urgencias (y las que hay colapsadas) o hasta de una ambulancia, cuestiones de las que se ha estado informando día sí y día también en los medios. Por último no me olvido de los dos niños de padres algecireños Andrés y Javier que fueron portada nacional gracias a los avances médicos y que, acertadamente y debido al hito que se trata, darán nombre al centro de salud norte. Esta cuestión de las células madre, con el cordón umbilical, que posibilita evitar enfermedades degenerativas y terribles tendrían que tenerla en cuenta los que critican estas técnicas, en especial la jerarquía eclesial que parecen los únicos que no se alegran de que se evite el dolor y el sufrimiento humano. También hoy tendremos manifestación de Derecho a vivir contra el aborto. De entrada, mi respeto aunque hay cuestiones que no lograré entender jamás. Una obviedad: a nadie se obliga a abortar; otra, llevamos 20 años de ley del aborto ¿por qué no se manifestaban hace un mes o un año? También recordarles que el poder emana de las urnas no de manifestaciones callejeras por mucha algarada que se protagonice y también me pregunto ¿y por qué ante el Consistorio?

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