Que gran lujo para Linares ver a Jesucristo en su Prendimiento por las calles cada Jueves Santo. Que grandeza tiene la Hermandad del Prendimiento y Nuestra Señora del Rosario. Este Jueves Santo Linares ha vivido con sus propios ojos el amor que estos cofrades tienen a sus titulares.
Desde la parroquia de San Agustín aparecía el momento clave de la pasión de Jesús de Nazaret, su prendimiento, la traición de Judas, los romanos dando por preso al Soberano y un San Juan Evangelista sorprendido ante la escena.
La Hermandad del Prendimiento ha sabido captar en su iconografía la escena en la que Jesús de Nazaret es prendido. En un paso digno de admiración, Jesús en su Prendimiento ha vuelto a vivir momentos que se echaban de menos en la calle Rosario y en la Plaza del Ayuntamiento.
Es un privilegio contemplar el paso de palio donde va ubicada Nuestra Señora del Rosario, es sin lugar a dudas un regalo enorme para Linares hablar de Rosario en la tarde noche del Jueves Santo. Y es que está Hermandad, tenía este año la necesidad de poner en las calles su estación de penitencia y encontrar su propio destino, sus calles, sus plazas y sus gentes le estaban esperando con los brazos abiertos.
La Hermandad del Prendimiento ha vuelto a mostrar a los linarenses que desde San Agustín esta Cofradía es sinónimo de grandeza y que el Jueves Santo ha de ser también el de Jesús Prendido y el de una Madre a la que llaman Rosario.
La Columna
Otro gran momento del Jueves Santo ha sido la salida de Nuestro Padre Jesús atado a la Columna desde la parroquia de Santa María. La noche del Jueves Santo invita a la reflexión ante lo que el paso de misterio de esta Hermandad está trasladando a las calles. Jesús de nazaret está siendo azotado y se recoge de forma magistral en la iconografía que los linarenses ven cada Jueves Santo.
De nuevo Luis Álvarez Duarte personaliza una obra en el paso de palio digna de admiración. Se trata de Nuestra Señora de la Amargura, que junto a San Juan el Evangelista hacen grande este palio por las calles de Linares.
Las últimas horas del Jueves Santo y primeras del Viernes Santo están llenas de grandes momentos. Que grandeza la de Nuestra Señora de la Amargura en las noche, en vísperas de lo que ha de llegar horas después, que gran honor proclamar el nombre de Amargura por las calles de Linares.
El Jueves Santo está vestido año tras año por la personalidad de esta Cofradía que ha inundado de pasión y amor a sus titulares.
Así es el Jueves Santo en la Linares, es la noche de las Hermanas Sor Ángela de la Cruz, la noche de la saeta, la noche de la penitencia en la que resuenan los azotes a Jesucristo, es la noche que nos trae a la Señora entre su Amargura. Todo está consumado, el destino de Cristo atado a la Columna está a punto de convertirse en historia que persiste por los siglos de los siglos.