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Me queda la palabra

Bankia: El Abrazo del Oso

Tarjetas Negras para Jetas de Todos los Colores. Politicos del PP, del PSOE y de IU, sindicalistas de UGT y CCOO, representantes de la Patronal.

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Me enfrento al papel, que más tarde será la pantalla del ordenador que es donde donde termino de darle forma al texto, y siento la necesidad de, al menos por hoy, cambiar de estrategia.
No ha de ser esta una sucesión de opiniones argumentada en datos contrastados como acostumbro.
La pretensión de hoy es muy diferente. Me pide el cuerpo dar rienda suelta a la subjetividad y así lo voy a hacer.
He llegado a esta conclusión, ya que sobre lo que quiero tratar habrán recibido cuantiosa información y reiterar lo ya sabido no lleva a ningún sitio.
Si les recuerdo el dibujo de la silueta de un oso en verde todo el mundo sabe que me refiero a Bankia. Bankia, o lo que antes era una caja de ahorros, Caja Madrid, o más exactamente esta y otras como Bancaja, ejemplos de cómo pudo este sistema acabar con lo que era una alternativa más comprometida con lo social. Las Cajas de Ahorro eran muy distintas a los bancos: eran otra cosa. ¡Adónde las han llevado! ¡Qué triste y qué vergonzoso!
Han conseguido convertirlas en auténticas cuevas de Alí-Babá del pueblo de cada uno, donde los Tempranillos que las manejaban se han llenado los bolsillos con absoluta desvergüenza e impunidad.
El hecho concreto de las Tarjetas Black viene a confirmar que mientras siga existiendo algo parecido habrá quien se lo lleve calentito. Tarjetas Negras para Jetas de Todos los Colores. Politicos del PP, del PSOE y de IU, sindicalistas de UGT y CCOO, representantes de la Patronal.
Mientras los protagonistas se hacen los dignos considerando como normal el expolio en el que participaban y echaban la culpa al “empedrado” o acusaban al “maestro armero”, nos enteramos de que el delito ha prescrito en gran parte. El Sr. Blesa considera que como ganaba poco en el cargo, era una manera de compensar el sueldo. ¡Qué país!
Una de las cosas que le van a quedar clara a la ciudadanía es de dónde vienen todos los sinvergüenzas que se han aprovechado del dinero de los clientes de Bankia; sin olvidar quiénes son los que han pagado el rescate de esta entidad, o sea, todos los españoles. Luego extrañará, y habrá quien se sienta molesto, si la gente con razón piensa y manifiesta públicamente, que todos son iguales. ¿Qué hubiera pasado si esto no sale a la luz? ¿Habría alguno de los partidos implicados que hubiera tirado de la manta? Qué fácil es tomar medidas drásticas ahora.
Bueno, tampoco es que todo el mundo se retrate igual. A la gente de la patronal no se les ha visto poner el grito en el cielo por la desfachatez del Vicepresidente Nacional de la CEOE y Presidente de la CEIM, Arturo Fernández; sí, el mismo que vomitó su desabrida verborrea contra el 15-M. A todos los cerdos les llega su San Martín.
En el partido del gobierno, todos sabemos que a Rajoy le apetecería defenestrar a Rodrigo Rato, al favorito del ínclito Aznar. Pero todavía el “alma mater” del PP, el Presidente de FAES, acumula mucho poder y despachar a Rato recrudecería las tensiones en el partido popular y ya tienen bastante con la movida del ébola y los rifi-rafes con los populares de Madrid, lo más granado de la facción rancia, Esperancita Aguirre y su cohorte, muy próximos al ex-presidente.
Pero este siempre ha sido un país demasiado comprensivo con la corrupción y la desvergüenza. No está muy lejano aquello de que “Mientras le vaya bien al pueblo (o al país) que se lleven lo que quieran”. Vivimos en una época en la que, acabadas las vacas gordas, no queda más que el declinar galopante del modelo de sociedad con una mayoría de la población que se hunde en la pobreza y en el hambre. Doce millones de españoles están en el umbral de la miseria ( perdón, no iba a emplear datos) y España el país más desigual de Europa, mientras una reducida élite cada vez es más rica; no hay más que ver la industria del lujo que nunca tuvo mejores resultados. ¿Hay algo más impactante que el anuncio del “pan con pan y nos imaginamos lo de dentro”?
Lo que nos piden las tripas es acabar con esto a la tremenda, pero estas posturas me temo que no llevan a nada.
Aquí debería venir para finalizar un llamamiento a lo que sea, pero me parece que con remover conciencias, si acaso lo hubiera conseguido, tengo más que suficiente.

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