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Curioso Empedernido

De la casta a la caspa

Está claro que hace ya un tiempo, quizás desde el 15 M que desde la Puerta del Sol alumbró muchas plazas y lugares de España las cosas no son lo mismo

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Siempre hemos sido y continuamos siendo tremendamente críticos con nuestra clase política. Sobre todo  cuando ha tenido la tentación de querer formar endogamias, de alimentar círculos cerrados de poder  y clientelismos, pero también desde una posición academicista ha despreciado  los indicadores de la realidad, queriendo  fabricarla a golpe de eslóganes y formulas.

Está claro que hace ya un tiempo, quizás desde el 15 M  que desde la Puerta del Sol alumbró muchas plazas y lugares de España las cosas no son lo mismo. Desde aquel mayo de 2011, con ciertas similitudes con  aquel mayo del 68 que se inició en Paris y se extendió al resto de Europa, se produjo un cambio que entre otras cosas dio lugar al fenómeno político de PODEMOS.

Con su espada de fuego hacia los partidos mayoritarios y su bandera de propaganda, pusieron en marcha una campaña de que hablaba de la casta para referirse a los líderes del PP o del PSOE o aquellos que representaban el poder en los distintos sectores financieros, sociales o culturales.

Utilizaban un discurso que aun algunos que no se han reciclado mantienen y emplean, como que ellos no son ni de derechas ni de izquierdas,que hoy hay que hablar de los de arriba y los de abajo, que hay que empoderar a la ciudadanía.
 

Del radicalismo de las plazas públicas y los  círculos al espectáculo de las grandes asambleas,a los platós de televisión y los despachos de las administraciones. Hoy las cosas son muy distintas, y lo que ayer parecía una cosa resulta que ha terminado siendo justo peor que lo que se criticaba.

Y a todos los que nos interesa la sociología y el estudio de la política sabemos que lo que se desestructura acaba cayendo más tarde o más temprano, como no encuentre un nuevo camino con ideas, métodos y actuaciones distintas.

Por eso, cuando estamos a dos pasos  de las próximas elecciones generales, que se celebrarán el próximo 20 de Diciembre, más que entrar en señalar como existe actualmente un claro proceso de deterioro en la actuación política que ha llevado progresiva y paulatinamente a muchos de nuestros representantes de la caspa a la casta ,como es el caso de PODEMOS y a otros como el PP a un proceso inverso de la casta a la caspa., vamos si les parece a plantear comportamientos que son rechazados y detestados a nivel de calle.

Y si me permiten y a modo de ejemplo señalaría tres, no con el ánimo de que quienes aspiran a representarnos tomen nota, sino con la intención de que todos reflexionemos sobre quiénes queremos y exigimos que defiendan nuestras demandas.

La primera propuesta es que entre lo que nos dicen y prometen y aquello que hacen y ejecutan, exista una correspondencia. Resulta irritante e indecente que nos digan una cosa y en el colmo de la desfachatez y la falta de respeto o no hagan nada o justificándose por el desconocimiento o imposiciones externas, internas o mediopensionistas. Esto que se repite con excesiva frecuencia, no deja de ser una evolución hacia la caspa o la casta según se mire.

En segundo lugar es que nuestros políticos no  se permitan tener ningún tipo de privilegio y sean desde el punto de vista jurídico, unos ciudadanos más con los mismos derechos y deberes, sino inevitablemente nos invitan a pensar mal.

Finalmente tenemos el derecho a saber y ellos el deber de responder, cuál es su agenda, con qué patrimonio entran y salen, y darnos cuenta de qué objetivos se han planteado y si tienen que cambiarlos, cuáles son las razones. En definitiva, claridad, transparencia y participación.
                            

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