La ciudad se hace a lo largo del tiempo y se rehace. A partir de una necesidad que la alumbra: puerto, cruce, fortaleza,… se configura. Y se reconfigura en función de aquello a lo que debe adaptarse para no morir. Muchas ciudades abandonaron colinas y murallas que las hicieron posibles y se abrieron a los caminos para poder sobrevivir. En Jaén y Ronda, late algo de aquellos Castillos que un día fueron.
La rehabilitación de los centros históricos y su adaptación a otros usos es lo que asegura su supervivencia. Pero las ciudades sobreviven desde la memoria de los que la habitan. Es preocupante que cierren ferreterías y ultramarinos en el casco histórico, es importante que resistan unas cuantas familias entre la Merced, Carretería, la Alcazaba y el río.
La ciudad es inercia y cambio. Es ese cambio continuo que la obliga a destrozarse para adaptarse a un nuevo presente. Y es Inercia, es ese desfase entre nuestro presente y su pasado, gracias al cual nos transmite cosas que vivieron otros y de entre ellas: su carácter.
El carácter de una ciudad es“eso”de otro tiempoque ha quedado latente en ella. Es sensación de lo que fue y que impregna su aire indistintamente entre casas y calles.Es eso que buscamos con ansia, sin saber bien qué es, cuando nos lanzamos a recorrer Paris o Londres, Praga o Viena, Madrid, Barcelona o Lisboa.
El verdadero sabor a Málaga no está en ningún plato. Está entre los muros de casas y palacios con historiasy en el aire que luego escapa por sus ventanas. Ese sabor se transmite boca a boca y sólo se puede respirar si aprendemos a pasear con detenimiento sus calles.
Aquello que fue y “que ya no es” pervive en la memoria de los que habitanlas ciudades.Por eso queda ciudad mientras quedan habitantes. Llamamos hoy Perchel y Carretería a lugares que ya no existen, peroperviven en las cabezas de muchosen forma de imágenes.
En la ciudad de Fahrenheit 451la policía quemaba los libros para evitar la angustia vital a sus habitantes. Los inadaptados a esa felicidad obligatoria se refugiaban en un bosque aprendiéndose de memoria los clásicos y se convertían en libros vivientes para transmitir insatisfacción y literatura. ¿Quién va a aprenderse lo que fue esta ciudad ante un amenazante centro urbano dónde solo deambulan visitantes y nadie habita?
Las ciudades son cosas pasadas y gentes futuras que coinciden en un mismo lugar desde distintos tiempos, por eso es importante recorrerlas, por eso es importante que alguien las viva,…¡para poder contarlas¡