Cuando vivimos tiempos de miedo, todo se oscurece: los valores, las personas, todo lo que hace que una sociedad resplandezca y se convierta en modelo a seguir por aquellas asoladas por la injusticia y la guerra. Sin embargo, no sólo por el bienestar económico es deseable Europa para los perseguidos, sino por sus valores democráticos y sociales.
¿Por qué no podemos verlo? Porque la crisis económica ha sido como un globo que se ha ido hinchando más y más sin dejar espacio para otra cosa. Los europeos vivimos centrados en la economía y pensamos: ¿qué quieren los migrantes?¿llevarse un trozo de lo nuestro? Y salen las sombras de las tumbas, José Antonio y el dictador, otra vez en esquelas en el grupo Joly, ABC y El Mundo. Y los fantasmas ponen en pie a un partido como VOX, para defender a los españoles.
La pregunta es ¿defendernos de qué? ¿De no volver a caer en una crisis económica? Nadie puede garantizarlo, porque la economía, esa que se independizó de la política, no lo desea.Los supermillonarios de la crisis firman por tres más y el sistema capitalista, tal y como está constituido,las produce.
¿Defendernos de los inmigrantes? Los traen las crisis económicas y las políticas bélicas en las que nosotros también intervenimos. Recordad que no hace mucho decidimos construir corbetas a cambio de vender bombas, lo que hace más evidente la relación entre nuestros negocios y sus llegadas.Pero como algunos no consienten en quedarse a morir en sus tierras, necesitamos un partido que nos libre de ellos, claro que salvo en las cosechas de las fresas, las aceitunas, las manzanas, las uvas, las peras etc. y en el servicio doméstico, si no quiénes cuidarían de nuestros mayores.
En esta Europa, con todos sus defectos, sigue rigiendo el Estado de Derecho, a pesar de que haya jueces que dictan sentencias impresentables. En política no estamos peor que nunca, muy al contrario, la muerte de las mayorías absolutas trae tiempos de diálogo y acuerdo, mucho más provechoso para todos que el ordeno y mando.
La corrupción es mucha, pero está en manos de los jueces, quién les habría dicho a algunos que se verían presos.
Nuestra seguridad social con sus defectos es un modelo internacional para seguir.
Tenemos mucho de lo que enorgullecernos, hasta hay miembros de la sociedad que ejercen su compromiso con ella, sin formar parte de un partido político, sin pasar por las izquierdas ni por las derechas.