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El Arponazo del Capitán Ahab

El arponazo del Capitán Ahab. Esta vez no son todos iguales

Ha sido acabar la Semana Santa y volver todos de nuevo a darse cera, sin miramientos

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Ha sido acabar la Semana Santa y volver todos de nuevo a darse cera, sin miramientos. El espectáculo de la campaña ha sido de nuevo bochornoso e insoportable, y rápidamente estamos todos de nuevo hasta el moño, y no vemos el momento de mandarlos a tomar viento al grito de “sois todos iguales”. Algo que yo mismo he repetido muchas veces, y que quizá en muchos casos haya sido cierto, pero no esta vez.

En este caso no todos los políticos son iguales. La izquierda tiene muchas culpas, muchas faltas, muchas torpezas y muchas cosas que hacerse mirar muy seriamente. Pero la derecha, en esta ocasión, es algo tremendamente ultramontano y tóxico, que sin lugar a dudas nos está haciendo peores a todos. Y no es gratuita la afirmación. Votemos lo que votemos, los temas que están dominando el debate suponen no solo una aberración, sino una completa derrota colectiva.

Pase lo que pase el domingo, ya hemos dado un paso atrás terrible: nos estamos cuestionando principios y valores muy importantes, que estaban ya profundamente arraigados en nuestra sociedad, como la lucha contra la violencia de género, contra la homofobia o contra el machismo, el derecho al aborto o a una muerte digna, o la solidaridad con los inmigrantes, por citar solo algunos. La izquierda es cierto que es incapaz de tomar altura, pero la derecha nos está demostrando que cada día es capaz de caer aún más bajo en la miseria moral e intelectual. Tanto que ya no solo no es cierto que todos los políticos sean iguales, sino que además quizá sea muy necesario insistir en lo contrario.

No, esta vez no son todos iguales, ni lejanamente. Digámoslo claro, no sea que cuando nos demos cuenta ya sea demasiado tarde.

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