El presidente del Sindicato de Enfermería (Satse), Manuel Cascos, ha reclamado a través de una carta al ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, que el Gobierno propicie en esta nueva legislatura la transferencia de los servicios sanitarios dependientes de Instituciones Penitenciarias a los gobiernos autonómicos.
En su misiva, Cascos denuncia las "pésimas condiciones laborales" que tienen los enfermeros que trabajan en los centros penitenciarios españoles, y que "siguen agravándose" mientras que el Gobierno central y los de las comunidades autónomas continúan sin llegar a los acuerdos necesarios para propiciar el traspaso de la sanidad penitenciaria.
"Las condiciones laborales de los enfermeros que atienden a las más de 50.000 personas privadas de libertad que hay en España siguen siendo inadmisibles. Estos profesionales son obligados a realizar funciones que competen a los médicos, como la asistencia de graves urgencias (sobredosis de drogas, intentos de ahorcamiento, autolesiones, cardiopatías isquémicas, insuficiencias respiratorias...), o que son propias de los farmacéuticos", lamentan.
Asimismo, Satse reitera que "están sometidos a unos altísimos niveles de estrés", propiciados a su juicio por la "excesiva sobrecarga de trabajo que sufren a raíz del déficit de profesionales en las plantillas, los problemas característicos de este tipo de centros y el perfil de los internos". "Además, no pueden disfrutar, en muchas ocasiones, de los periodos de descanso adecuados después de sus jornadas de guardia", añaden.
A nivel retributivo, critican que los profesionales de Enfermería que ejercen su labor en los más de 90 centros penitenciarios españoles "también sufren una clara discriminación con respecto a sus compañeros que trabajan en los servicios de salud, al cobrar cerca de 500 euros menos al mes".
"Existe, además, una importante discriminación con otros colectivos profesionales del ámbito penitenciario, como son los funcionarios de vigilancia, y otra, aún más sustancial, con los funcionarios que trabajan en las oficinas del centro penitenciario y que no tienen ningún contacto con los presos, al percibir un complemento muy superior al de los enfermeros", concluyen.