El Rey llegó a Cádiz y luego recibió honores en Sevilla. En Cádiz estuvo en su medio natural que es el mar, la Armada y el Juan Sebastián de Elcano. Es más que justo el homenaje que reiteradamente se da al buque, a sus hombres y a lo que representa: Salieron de Sanlúcar de Barrameda 265 hombres y sólo regresaron 18, que traían consigo el mérito de la demostración de que el mundo era redondo. España es muy aficionada a olvidar sus gestas pero ésta se ha empeñado el Ayuntamiento de Sanlúcar en que no quede en el olvido y por eso urgió a que se constituyera la Comisió́n Nacional para la conmemoración del V Centenario de la expedición de la primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. El marino vasco de Guetaria le dio la vuelta al globo terráqueo que comenzó con Magallanes. Una hazaña que fue única e irrepetible porque la primera vuelta sólo puede ser una.
Después el Rey marchó a Sevilla. Es muy discutible que el Rey pueda recibir más honor que el título de Rey de España. Ciñe la Corona de España en el marco de una Monarquía parlamentaria, como “legítimo heredero de la dinastía histórica”, según la Constitución, y de ahí emanan todos los honores. Por eso resulta extraño que se le otorgue cualquier distinción para honrarlo. Más bien recibe el honor quién se lo da, no quien lo recibe. La vieja práctica de hacer distinciones con medallas o con nombramientos de hijo adoptivo o predilecto no es de recibo con la primera magistratura de la Nación. Suena demasiado a la lisonja y adulación que se practicaba con el dictador, que acumulaba medallas de media España -que si eran de oro las podía fundir para la familia- y que ha llevado posteriormente a permitir al anterior titular de la Jefatura del Estado a unos abusos que hoy se lamentan porque han deteriorado a la institución considerablemente. Lo mismo que lo daña la intervención de Díaz Ayuso implicando torpemente a la institución en la política. En Sevilla, la Junta de Andalucía le ha otorgado al Rey la primera Medalla de Honor de Andalucía. La intervención del presidente de la Junta ha sido impecable y el discurso del Rey brillante sobre al trayectoria andaluza en la historia.