El nuevo templo de la parroquia de la Santa Cruz, en la barriada arcense de El Santiscal, ya es una realidad con su estructura completamente terminada a expensas de los revestimientos, instalación de redes, urbanización exterior y todo lo que comporta la terminación del edificio religioso, incluyendo los elementos litúrgicos. A partir de ahora se emprende una nueva y definitiva fase de obras que podría tocar fin la próxima primavera, a finales de mayo o principios de junio, según los pronósticos de la propia Iglesia. El párroco Juan Antonio Vital destacaba durante su visita a las obras la inconmensurable aportación del empresario constructor Cristóbal Romero de cara a la culminación del proyecto, así como la colaboración del Ayuntamiento, de las empresas locales y de la comunidad cristiana de El Santiscal.
Sin embargo, este proyecto no ha estado exento de dificultades de sus inicios hace más de una década, comenzando por el trágico accidente laboral cuando se desprendió la cubierta dañando gravemente a un trabajador. Luego, las dificultades económicas que han requerido unir voluntades para salir adelante. Además, según el párroco, se trataba de “dignificar una iglesia que no nos merecíamos”, señalaba en alusión al pequeño templo que provisionalmente ha prestado servicio estos años y que finalmente ha sido derrumbado en la misma parcela. El cura quiso agradecer también a las hermandades de Arcos su implicación, a la feligresía y al “Señor” por hacer realidad el nuevo templo.
El sacerdote estuvo acompañado durante su visita por el alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, y los delegados de Urbanismo e Infraestructuras, Juan Ramón Barroso y Diego Carrera. El primero destacaba la aportación del sacerdote desde su llegada a la ciudad para impulsar el proyecto y de las personas anónimas para la construcción del templo “que cuando pase el tiempo tendrá su historia”. Gambín reseñaba además cómo el Ayuntamiento ha desbloqueado un trámite administrativo relativo a Urbanismo para facilitar las obras.