Arcos

Arcos habló

El alcaldable socialista rompió, a su vez, con dos máximas de la política arcense hasta la noche del domingo. Por vez primera, un Gobierno local solo durará cuatro años (salvo sorpresa mayúscula). Y, por otro lado, también es la primera vez que un candidato que pierde unas elecciones resulta vencedo

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Suele decirse que el pueblo es soberano. Su mayoritario voto el pasado domingo refrenda, por tanto, un sentir común hacia el cambio político, tras cuatro años de gobierno de coalición entre PP y AiPro. Una legislatura en la que los diferentes escándalos y polémicas han podido más que la gestión defendida por los aún todavía munícipes de nuestro pueblo. Los datos están ahí, casi tres mil votos entre ambos, traducidos en la pérdida de cuatro concejales. Un duro varapalo para los dos partidos que han estado cogobernando nuestra localidad los últimos cuatro años. Su labor no se ha visto refrendada en las urnas, siendo aún peor los datos para el partido liderado por Manuel Erdozain, que llega a perder hasta diez puntos porcentuales respecto a los datos de 2011.
La victoria fue, sin paliativos, para Isidoro Gambín. El alcaldable socialista rompió, a su vez, con dos máximas de la política arcense hasta la noche del domingo. Por vez primera, un Gobierno local solo durará cuatro años (salvo sorpresa mayúscula). Y, por otro lado, también es la primera vez que un candidato que pierde unas elecciones resulta vencedor en las siguientes. Meritazo el de Gambín y su equipo, que ha pasado de un mínimo de 4.501 votos a los 6.253 que le confieren la posibilidad de llevar las riendas del Consistorio con una minoría simple, acuerdos puntuales con Arcos en Común al margen.


Precisamente, en esta plataforma ciudadana quiero detenerme. Nacidos bajo el paraguas del hastío del pueblo ante las políticas de los grandes partidos, han conseguido encauzar esta corriente en nuestra localidad hasta acabar con un representante en el salón de Plenos. Con la palabra responsabilidad como la más repetida en la noche electoral, su concurso se antoja clave para una nueva forma de hacer política, más fresca y limpia, ordenada y clara, tal y como demandan los ciudadanos y para lo que han sido mandatados.
La decepción vino, al mismo tiempo que con PP y Aipro, en los partidos que no obtuvieron representación. En especial, con el grupo Ven-T, que no pudo refrendar el concejal obtenido en la anterior legislatura al sacar 61 votos menos. El alto número de electores que se decidieron por el PSOE impidieron a la plataforma liderada por Antonio Ortiz revalidar su acta de concejal, aunque se quedaron cerca. Peor le fueron las cosas a Silvia Corral liderando al Partido Andalucista, ya casi residual en nuestro pueblo con apenas 160 votos, la mitad que hace cuatro años. Mientras, Izquierda Unida fue, junto al PSOE, el único partido que subió en votos, sumando 62 a los 581 obtenidos en 2011, insuficientes, en todo caso, para alcanzar representación municipal. Eso sí, hay que valorar que concurría con el más joven de los alcaldables y tras una situación tan especial y dramática como fue el fallecimiento del que era su candidato, Juan Bosco Navarro, semanas antes de celebrarse los comicios.


El PSOE, por tanto, ha dado un golpe de efecto a la política arcense. En unos solos comicios ha recuperado, prácticamente, los concejales que se dejó cuatro años atrás, cuando perdió casi la mitad del grupo municipal. Hoy, con una lista renovada, con gente joven, capaz y preparada, ha vuelto a recobrar la ilusión de los arcenses, quienes les han dado su confianza para un nuevo gobierno, que será el sexto de los socialistas en la Plaza del Cabildo. Isidoro Gambín confirma así el sentir mayoritario de la ciudadanía, a la vez que da continuidad a un proyecto que servirá para homenajear a la figura de su padre, Juan Gambín, quien fuera elegido concejal en 1983 por el mismo partido por el que su hijo será investido alcalde en 32 años después. Un bonito aliciente para el que será nuestro regidor, al menos, los próximos cuatro años. Mucha suerte en esta legislatura.
En fin, la vida.

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