Gavi es uno de los deportistas más destacados y brillantes que hay en Arcos. Sus actuaciones nunca han decepcionado a sus seguidores ni pasado desapercibidas y tocó el cielo en su participación en el Mundial Ironman de Hawai el año pasado, donde logró clasificarse en una posición más que notable, la séptima en la categoría de 40 a 44 años. Ahora se prepara para llegar a ser monitor/entrenador sin olvidarse de su profesión de bombero, en la que desarrolla toda su energía, que es mucha, para salvar vidas humanas.
Uno de los deportistas más populares de Arcos de la Frontera es, sin duda, Gavi, que hizo suyo el apodo de su padre, gran amante también de los deportes, en especial del fútbol. Gavi abandonó los estudios en tercero de Bachillerato para irse a trabajar con su padre a la construcción, pero al adquirir mayores responsabilidades apenas si le quedaba tiempo para poder entrenar, por lo que decidió opositar al cuerpo de bomberos porque conoció en el gimnasio a varios de ellos, que gozaban de bastante tiempo libre y no se lo pensó dos veces.
Para entrar en el cuerpo de bomberos se exigen unas pruebas físicas bastante exigentes, ¿no?
–Una de las pruebas que más le teme la gente es la parte física, lo mismo que ocurre en las oposiciones a militar, guardia civil o policía. Yo tenía una buena condición física y no me costaba trabajo.
¿Es indispensable contar con una buena preparación física para ser bombero?
–Sí. A veces te juegas la vida y si no estás ágil y en forma para saltar o meterte por un boquete, lo tienes crudo. A nosotros nos llaman para todo lo que está fuera del alcance de los demás.
Hay una estrecha relación entre la condición física y las profesiones de cuerpos y fuerzas de seguridad...
–Está claro. Para ser administrativo no te exigen correr un kilómetro ni hacer dominadas, pero para ser militar, policía, bombero, guardia civil o funcionario de prisiones sí tienes que hacer pruebas físicas.
¿El físico te ha salvado la vida como bombero?
–No, pero sí que le he podido salvar la vida a una persona gracias a mi buen estado de forma.
¿Cómo os afecta a vuestro trabajo diario la aparición del coronavirus?
–Pues actuamos con EPI específico para el coronavirus dependiendo del tipo de intervención, además de crear grupos burbuja en el Parque, pero las actuaciones siguen siendo las mismas: incendios de cualquier tipo, aperturas de vivienda con peligro, accidentes, rescates, colaboración con servicios sanitarios, Policía Local y Nacional, neutralización de vertidos, etc. Somos funcionarios públicos y nos debemos a los ciudadanos, así que el coronavirus no puede detener nuestro trabajo. Somos un servicio esencial.
¿Tenías pensado volver al Mundial Ironman de Kona en Hawai?
–Yo tenía planificado para este año hacer el Campeonato de España de triatlón de larga distancia y el ironman de Cascais (Portugal), que coincidía con la feria de San Miguel, para lograr la clasificación para el año que viene y contar con el tiempo necesario para prepararme y gestionar la financiación para poder asistir nuevamente a Hawai. Esa era mi idea.
¿Cómo estáis ahora los que os dedicáis al triatlón?
–Yo me considero un deportista y tomo parte en todo tipo de carreras populares, medias maratones, maratones a pie o de MTB, etc. Como deportista me gusta asistir a todas las pruebas que se encuentren a mi alcance, pero donde más me gusta competir y hacerlo lo mejor posible es en el triatlón.
¿Porque es más duro?
–Más duro no es. Yo empecé haciendo triatlón-cross y conseguí muy buenos resultados, acabando en casi todos ellos entre los cinco primeros, sin embargo, me gusta más el triatlón de media y larga distancia, independientemente del resultado. Me gusta más la bici de contrarreloj que la de montaña.
En una prueba de tanta exigencia ¿siempre hay momentos en los que el cuerpo te pide tirar la toalla y abandonar?
–Hay muchas veces que se te pasa por la cabeza abandonar, pero otras veces, como en Hawai el año pasado, si en vez de correr 40 km me dicen que corra 50, los corro también porque el nivel de motivación que tenía era brutal. Hay carreras que te bajas de la bici en la transición y te preguntas ¿todavía tengo yo que hacer 20 km?
O sea, que también es una cuestión de cabeza...
–Claro, porque son pruebas muy largas y la cabeza es fundamental. Al factor psicológico no se le echa cuenta muchas veces, pero es muy importante para los deportistas. El mantener la concentración en una prueba tan larga y que no se te vaya la cabeza si estás manteniendo un ritmo constante, por watios o por frecuencia cardíaca y que no se te bajen los ritmos para seguir delante es algo súper importante.
¿Se corre ahora diferente a como se hacía antes? ¿se mira más lo que te marca la pantallita que lo que te dice el cuerpo?
–Ahora tenemos más facilidades para entrenar y contamos con aparatos que te lo dicen todo: la fuerza que ejercemos sobre los pedales, la monitorización de la frecuencia cardíaca, incluso si me apuras, hacerte un estudio genético para saber el agua que necesitas beber durante una prueba de equis kilómetros. Tenemos muchos datos que podemos utilizar a la hora de preparar una prueba. Luego, por muchos datos que tengas o por mucho que entrenes, como ese día te levantes regular o con la cabeza en otro sitio, no te va a salir bien. Los datos nos ayudan a llevar una preparación física más profesional y, en estos momentos, los populares entrenamos como los profesionales, pero el profesional vive de eso y se dedica solo al deporte y los populares tenemos una vida aparte (esposa, hijos, trabajo, etc.).
¿Te has planteado alguna vez dedicarte completamente al deporte?
–Profesionalmente no, porque vivir en Arcos y encontrar patrocinadores es muy complicado y a lo mejor no resultaba tan entretenido ni disfrutaba igual. Así voy adonde quiero y cuando tengo ganas.