Vivimos en el país del “Lazarillo” y “El Buscón” y la mayoría orgullosos de seguir sus pasos, a quien vamos a engañar. Por eso que un matrimonio canario se pase por solteros para disfrutar del crucero de lujo de “First dates crucero” de la cadena Cuatro nos produce risa a la mayoría. Con un careto inmenso, el marido confiesa al presentador que ha sufrido un flechazo en una playa nudista y le buscan a la agraciada para que se conozcan y a ver si surge el amor. Y el amor surge, dando espectáculo, como se espera. Todo estupendo si no fuera porque de flechazo nada, son matrimonio desde hace varios años. Recurrieron al engaño para disfrutar de un pedazo de crucero y tomarse a cachondeo la dinámica del programa en un: “nosotros lo haríamos mejor”.
Después de este patinazo, la cadena pide por favor a los embusteros del mundo que no le estropeen el programa, porque ellos seguirán creyendo en los solteros y en el amor. Por favor, si lo del matrimonio fue un troleo, lo de ellos más. Este tipo de programa vive del morbo que mantiene sentados frente a la tele a un montón de gente. Lo del amor verdadero se queda en los cuentos de hadas.
No sé si a los fans de este programa les ha afectado lo de los canarios, creo que la mayoría se habrán reído también y muchos que no lo seguían han estado atentos para no perderse a la pareja. No se preocupen los de Cuatro, la historia ha dado al programa más publicidad y seguidores.
Ana Mato gastó en cuatro años más de 50.000 euros en viajes sin preguntar de dónde salía el dinero a su marido, el alcalde de Pozuelo de Alarcón. A nadie le amarga un dulce. Y si después el juez, Pablo Ruz, declara que la ministra de sanidad no sabía que los viajes y otros lujos que le prodigaba su marido eran de la trama Gürtel.Pues nada, queda declarada inocente. Lo mismo es que ella pensaba que el sueldo de alcalde de pueblo era millonario y que el jaguar era el coche oficial, que somos muy mal pensados.
Si nos tragamos todo esto y mucho más, como no vamos a reírles la gracia a estos dos pícaros por quedarse con los de Cuatro. Todo entra en “el que no roba es porque no puede”. En esta España que conserva mucho del pensamiento del Siglo de Oro, se envidia a los que estafan y se les ve como héroes y no como villanos.