El paso estrenó ocho túnicas de monaguillo y el acompañamiento musical
Después de la tradicional novena, que comenzó el último fin de semana de abril, el Señor de la Salud y de las Aguas, patrón de Antequera, salió en procesión el pasado 24 de mayo, como es tradición, el domingo después al día 18 cuando se celebra su festividad. Mirando al cielo y con algunas gotas, finalmente no hubo que colocar los plásticos que habían preparado para tapar el palio en caso de lluvia.
“Estamos muy contentos de haber podido salir, los hermanacos estaban preocupados pero nos hemos informado y parece que no va a llover, de todos modos, hemos preparado unos plásticos por si cayeran algunas gotas. Lo más importante de este día es la cantidad de gente que nos acompaña, muchísimos antequeranos han salido a alumbrar a su patrón y las novenas también han tenido mucha aceptación este año, han sido muy bonitas”, aseguró el Hermano Mayor, Juan Aciego Salas.
El cuerpo procesional estuvo compuesto por los mismos hermanacos que iban a salir el pasado año y que, por culpa de la lluvia, no pudieron hacerlo finalmente.
Entre las novedades de la procesión se encontraban ocho túnicas de monaguillo y el acompañamiento musical de la Banda de Música “José Antonio Galán” de Archidona.
Esta imagen ha sido venerada por los antequeranos desde ya hace décadas, de modo que en el año 2004 la Iglesia decide finalmente nombrarlo patrón de Antequera, compartiendo este nombramiento con la Virgen de los Remedios y Santa Eufemia, que son patronas de la ciudad desde 1922 la primera y desde 1410 la segunda.
PENITENTES
La procesión, que estuvo acompañada por multitud de antequeranos portando cirios e incluso gente de fuera de la ciudad que viene cada año a venerar esta imagen. Desde que el último fin de semana de abril se realiza el traslado del Señor desde su capilla hasta el altar mayor se han sucedido las novenas en la Iglesia de San Juan de Dios.
Día tras día acuden cientos de sus devotos desde primeras horas de la mañana hasta la noche para el rezo de su novena, cuyo texto permanece inalterado desde hace al menos casi siglo y medio, el más antiguo ejemplar que se conoce es del año 1856.
Además, los diferentes gremios y asociaciones de Antequera le ofrecen cultos y funciones cada tarde como viene haciéndose desde hace años.