Durante dos semanas los alumnos han realizado todo el proceso para reciclar
Pocos materiales son necesarios para contribuir con el medio ambiente. Así lo ha demostrado el grupo de 14 alumnos del colegio La Salle Virlecha que participó en el taller de reciclaje organizado por el centro. “Lo que más me gustó fue ver las caras de los chicos cuando no estaban muy seguros de lo que iba a salir”, explicó la profesora de plástica en 4º de ESO, Inmaculada Ortega.
La Salle Virlecha es el único centro de Antequera y su comarca con el certificado ISO 14001:2004 en Gestión Medioambiental. En este contexto se trabajan anualmente una serie de objetivos de tipo medioambiental para que incida directamente en la conciencia del alumnado. No obstante, el colegio cumple otros objetivos propios del sistema de gestión medioambiental referidos al control de residuos, a la minimización de impactos medioambientales, entre otros.
Y es que en este curso escolar uno de los objetivos medioambientales de centro es la realización de un taller de reciclado de papel. “Eran pocos los alumnos y cuando se lo propuse les hizo mucha ilusión”, explicó la profesora.
Durante dos semanas, los alumnos han realizado todo el proceso para reciclar. “Los dividí en grupos de cuatro, y cada uno contaba con una cubeta de plástico, un tamiz y demás elementos necesario para proceder al reciclado”, continúo Ortega.
El proceso consta de 9 pasos. “Sobre la cubeta se verte un poco de agua y se desmenuza el papel en trozos, no mayores al tamaño de un sello. Cuando ya la cantidad de papel es suficiente para la cantidad de agua, lo vertemos sobre un cubo de plástico para proceder a batirlo, con la idea de que quede lo más desintegrado posible. Echamos la pasta sobre la cubeta y añadimos cola blanca. Ése es el mejor de los momentos”, añade la docente.
El siguiente paso consiste en elaborar los tamices con listones de madera y tela metálica de mosquitera. “No obstante, al principio no estaban muy convencidos, aunque ver todo el proceso les fue animando”, confesó la profesora.
A continuación, la pasta se aplasta sobre el tamiz y luego se coloca en una bayeta. Cuando se seca se traslada la hoja de papel ya hecha a una hoja de periódico y se deja secar. Finalmente, se aplanan con un peso encima, y así se obtienen las primera hojas recicladas.
El patrimonio histórico de Antequera también formó parte del trabajo al quedar plasmado en el papel. “Fue una experiencia divertida y didáctica. Además de aprender ahora soy consiente de la importancia del reciclaje”, explicó Javier Ramos, uno de los alumnos que participó en el taller.
En Antequera se recogen anualmente más de 1,5 millones de kilos de residuos orgánicos y asimilables de diverso tipo, que tratados en el Complejo Medioambiental de Valsequillo se reciclan adecuadamente. De esta cantidad, 16.425 kilos, corresponden a residuos sólidos urbanos y asimilables, y 600.000 a papel y cartón
Como cualquier esfuerzo trae consigo una recompensa, en la Semana de La Salle los alumnos organizaron una exposición de dibujos realizados sobre el papel reciclado por ellos mismos con sus propias manos.
