Espero equivocarme, pero o mucho cambian las cosas o volvemos a confinarnos en breve. El motivo puede estar en que ni lo hacemos bien, ni los que nos gobiernan lo hacen bien. No hay una fórmula mágica ni es fácil, pero me temo que las medidas del toque de queda de 22h a 7 h van a tener poca eficiencia contra el virus.
¿No sería mejor evitar lo que hacemos mal?. Estamos viendo como las distintas familias se mezclan y eso ayuda a la transmisión. La hostelería podría seguir abierta, pero con mesas en las que esté solo la unidad familiar. Que se respeten las separaciones con un aforo establecido por el tamaño de las terrazas y en función de ese espacio limitar el número de mesas, con la obligación de la desinfección de superficies y con el uso de mascarillas homologadas (parece que prima más la publicidad del bar que la protección del trabajador) por el personal de hostelería, obligando al uso frecuente de hidrogel por la manipulación de vasos, platos, cubiertos, etc... Si algún cliente se levanta de la mesa recordar la obligación de ir con mascarilla y, a quien no cumpla, a ese, sí le cerrarán el negocio.
Igualmente, el colectivo médico en algunos casos aprovecha la situación para no hacer bien su trabajo. Somos el país probablemente con la mejor sanidad del mundo en base a unos criterios de calidad. Es un derecho cercano en el que el médico tiene que ejercer como tal. Los enfermos hay que verlos y las consultas telefónicas se deben limitar a las patologías banales que no necesiten en principio una exploración. Al miedo por el contagio en los pacientes, se suman algunos galenos que creen que todo debe ser a distancia para su comodidad y lo que antes eran centro de salud colapsados, se ven ahora como centros sanitarios fantasmas. Con colapso telefónico y nula exploración. Somos médicos y una herramienta fundamental e inevitable es la exploración. Ineludible cuando, a nuestro criterio y no el criterio del miedo o la comodidad, se debe realizar. Nos protegeremos, pero somos los que velamos por la salud de la ciudadanía, a quien confía uno de sus derechos fundamentales. Comportémonos como lo que somos, médicos y no operadores de teleasistencia que esos ya nos llaman a la hora de la comida con las compañías telefónicas.
Muchas veces cuando hay un contagio recibo llamadas de personas que no cumplieron con lo que debían. No usaron mascarillas, no respetaron la distancia, incluso se dieron abrazos con el contagiado.
No es momento de proximidad porque el contagio va en aumento. Siempre me ha parecido el Covid 19 un virus invernal y como tal, va a ir aumentando hasta llegar enero y febrero que serán los máximos contagios si no nos confinamos. Por eso en verano seguía con nosotros, pero con menor agresividad. Va a encontrar un buen socio en la gripe que, aunque este año será menor por las vacunaciones y las medidas, seguirá atacando y matando sobretodo a quien sea paciente de alto riesgo. Así tendremos pacientes que presenten gripe y Covid. ¡Una locura!
Las medidas deben ir encaminadas a evitar la masificación que sigue dándose en determinados lugares (colegios), a evitar el contacto entre distintas unidades familiares, a prohibir el ocio nocturno de fines de semana en forma de botellones, a evitar bares con clientes bebiendo de pie, de un lado a otro y hasta ocupando la vía pública (zona de tránsito). Esto sigue pasando en muchos casos porque ustedes no tienen un familiar o un amigo en la UVI que les recuerde cada mañana lo que no deben hacer. Tendremos que llegar a ese extremo para concienciarnos de que sabemos lo que hacemos mal, pero parece que con una mascarilla de tela lavada una y otra vez y sin ninguna evidencia de protección, somos inmortales. ¡Qué triste que la falta de empatía nos lleve a otro confinamiento!.