Cádiz

Lola Herrero, superviviente: “Habría que hacer autopsia psicológica tras el suicidio”

Psicóloga y madre de Juan, que se quitó la vida cuando tenía 16 años, lamenta que “el suicida deposita en el doliente un montón de preguntas e incertidumbres”

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Andaluc�a Informaci�n
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
  • Depresión -

Lola Herrero es licenciada en Psicología, especializada en psicología clínica e industrial y cuenta con un máster en Recursos Humanos, Psicología de la Vejez y en Duelo. Lola Herrero, que participa en las jornadas organizadas por la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) con una ponencia titulada ‘Devastación’, es además la madre de Juan, que se quitó la vida cuando tenía 16 años, en noviembre hará 9. El camino que transita desde entonces “es largo” y duro.

“El dolor que sufre un superviviente es lacerante e incapacitante”, reconoce, porque “no estamos preparados para enfrentarnos” a este hecho luctuoso. “Pasé varios meses en shock, en los que prácticamente no era capaz de articular palabra, en bata, deambulando por la casa” durante jornadas interminables, presa del enfado y de la rabia, “con una angustia terrible, sintiéndome culpable”.

Herrero admite que, dado que ejercía la psicología, se preguntaba cómo no pudo ver el tormento de su hijo y su intención de suicidarse. “Durante todo ese tiempo recordaba el día en el que volví de trabajar y, cuando me pidió que saliéramos a pasear por el parque, le respondí que estaba cansada”. Cada mala palabra, cada minuto no compartido le quitaban el sueño porque temía que cualquier cosa hubiera podido desencadenar el fatal desenlace que le llevó a poner fin a su existencia.

“El suicida deposita en el doliente un montón de preguntas e incertidumbres”, reflexiona, por ello, y dado que, incluso en el caso de que la decisión haya sido impulsiva y no meditada, considera que es necesario llevar a cabo una autopsia psicológica. La idea cumpliría un doble objetivo.

Por un lado, si las autoridades sanitarias son capaces de determinar las causas y el detonante del suicidio por medio de la compilación de información a través de entrevistas con familiares, amigos y docentes podría servir para aliviar el sufrimiento de su entorno.

Por otro, ese conocimiento serviría para establecer patrones, en el caso de que los haya, y ahondar en la investigación de un problema de salud púbica que sigue sin obtener la debida atención institucional y recursos públicos para combatirlo. También es partidaria de trabajar más y mejor la prevención, en la línea de los expresado por José Luis Bimbela, doctor en Psicología y psicólogo salubrista, organizador de las jornadas.

“Vivimos en una sociedad con avances tecnológicos tan avanzados, que hemos olvidado el humanismo y, por tanto, a las personas más vulnerables”, dice. La muerte es tabú. A los jóvenes les cuesta romper su silencio. Y, en ocasiones, son incapaces de hallar un motivo para seguir adelante. Lola Herrero lo encontró cuando su hija le pidió que reaccionara porque la necesitaba.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN