Cádiz

Las familias tienen mucho que contar

El maestro Fran Cid renueva su premiada iniciativa educativa ‘Cuestiones de interés’ en el colegio Quintanilla de San Fernando

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  • Fran Cid en La Orilla, de 7V Cádiz. -

¿Qué hace una ducha perfectamente alicatada en medio de un aula del colegio Quintanilla de San Fernando? Quien conozca al maestro que dirige esta clase no se extrañará. Francisco Cid lleva año innovando durante sus lecciones en el colegio de Infantil Quintanilla, en San Fernando (Cádiz). Su idea de aprendizaje se la enseñó Domingo Perón. “Cada maestro tiene un poco de familia, y cada familia tiene un poco de maestro”. Y así, bajo este lema, ha conseguido que las familias de todo su alumnado pasen por la escuela, redecoren las paredes como quieran y hasta monten una ducha en una esquina. Cid acaba de publicar la guía didáctica “Las familias cuentan”, un trabajo dirigido a docentes, expertos y opositores, para explicar la nueva ley educativa en España y cómo aplicarla en clase. “Esta nueva norma da mucha relevancia a un término que se conoce como situación de aprendizaje, que es enseñar al alumnado a aplicar los conocimientos que adquiere en clase a la vida real”. El maestro reconoce que la nueva ley ha llegado con cierta controversia, porque no ha dado tiempo a preparar su aplicación. “Se me ocurrió escribir esta guía para intentar ayudar a que las familias sean parte activa de estas situaciones de aprendizaje. Estamos en un mundo acelerado, no nos da tiempo a casi nada, y, muchas veces, parece que queremos que los niños salgan de Infantil con un título de aparejador o un máster en comunicación. Vamos a respirar y vamos a recordar que nuestro objetivo es que adquieran la lectoescritura niñas y niños de tres, cuatro y cinco años”. Cid llevaba desarrollando desde hace años un método educativo llamado “Cuestiones de interés”, por el que ha recibido numerosos galardones y reconocimientos de todo el país. Consiste en que, a principios de curso, cada alumna y alumno eligen una pregunta, algo que les interese, y, mediante una programación de una duda por resolver cada semana, las familias de cada estudiante es la encargada de acudir a clase para explicarla. “Me gusta entender el aula como un espacio de puertas abiertas”, explica el profesor. Ahora este método educativo ha pasado a llamarse “Las familias cuentan”, en aplicación a la nueva ley. “En vez de que el alumnado haga una pregunta, utilizamos el mundo de los cuentos y sus moralejas. Cada estudiante elige un cuento y son sus familias las que participan en su interpretación en clase”.

Por supuesto no es solo leer ese cuento. “Es mucho más. El cuento se ha de adaptar a la programación, así que hay que combinarlo con otros temas como el reciclaje o la movilidad sostenible”. Es, por eso, que esta semana en medio de la clase de Infantil del colegio Quintanilla se ha instalado una ducha. Las familias les han explicado al alumnado qué se puede hacer con el agua que se va por el desagüe mientras esperamos a que se caliente para bañarnos. “Se puede poner un cubo y utilizarlo para regar las plantas de la casa”, ha propuesto la familia. También se ha montado un vagón del Trambahía para explicar lo importante el servicio de transporte público, que evita la contaminación del coche privado. Y una de las participantes, vestida de planeta Tierra, ha explicado que todas esas acciones la ayudan a sobrevivir más años. Esta iniciativa se ha hecho mientras se leía el cuento “El abuelo de los pantalones rosas”, de Lucie Hasova Truhelkova, un libro sobre la tolerancia y del respeto a la diferencia. “Es verdad que hay muchos estudiantes a los que les cuesta la lectura.

Pero ya no vale eso de que la letra con sangre entra. La literatura hay que saber contagiarla”, propone Cid, quien parafrasea la cita que la educadora Marisol Justo ha elegido para el prólogo del libro del maestro, “Las familias cuentan”, disponible ya en plataformas virtuales, con ilustración de María Villalba. Fran Cid cree que su método también sirve para valorar su trabajo, el trabajo de las maestras y maestros. “Hay muchos que creen que cobramos mucho, trabajamos poco y tenemos muchas vacaciones. Pero cuando entra dentro del aula, conoce cómo lo hacemos, lo que supone que te atiendan una veintena de niñas y niños, también empiezan a entenderte”. La implicación de las familias, como ha recordado el maestro esta semana, ayuda a desbloquear dificultades en estudiantes problemáticos, o sirve para generar recuerdos imborrables de la infancia. Como la de ese momento en que un abuelo se puso unos pantalones rosas en clase, montó una ducha alicatada en medio del aula y, allí mismo, creó el vagón de un tranvía.

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