Cádiz

El libro de un directivo del Bundesbank tachado de racista

El libro de Thilo Sarrazin Alemania se desintegra -presentado ayer en Berlín- es para, sus detractores, una provocación que rebasa los límites de las buenas costumbres y cae en el racismo y la islamofobia, mientras que sus defensores lo ven como un aporte a la discusión sobre los problemas de la int

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El libro de Thilo Sarrazin Alemania se desintegra -presentado ayer en Berlín- es para, sus detractores, una provocación que rebasa los límites de las buenas costumbres y cae en el racismo y la islamofobia, mientras que sus defensores lo ven como un aporte a la discusión sobre los problemas de la integración de los extranjeros en Alemania.

En todo caso, el libro de Sarrazin, ex-titular de Finanzas de Berlín y miembro del Consejo Directivo del Bundesbank, es el libro más polémico de momento en el mercado de Alemania, donde ha desatado una fuerte polémica a la que se han sumado políticos y representantes religiosos, no solo islámicos, sino también judíos.

Ha habido críticos, como la canciller Angela Merkel que acusa a Sarrazin de no respetar lo que han hecho los inmigrantes en Alemania, y también apologistas, como Udo Voigt, presidente del Partido Nacional Demócrata Alemán (NPD), considerado neonazi.

“El señor Sarrazin ha expresado con claridad que no quiere convertirse en un extranjero en su propio país y con ello ha confirmado la política que pregona el NPD desde hace 40 años”, dijo Voigt en declaraciones al programa de televisión “Report Mainz”.

En su libro, que lleva el subtítulo Como ponemos nuestro país en juego, Sarrazin -que ya en su tiempo de senador de Finanzas de Berlín había levantado ampollas con frecuentes afirmaciones escandalosas- dibuja un escenario apocalíptico en el que pronostica una islamización de Alemania en el curso de las próximas décadas.

“No quiero que el país de mis nietos y biznietos sea un país mayoritariamente musulmán, en el que se hable árabe y turco predominantemente, en el que las mujeres lleven el pañuelo islámico y en el que la vida cotidiana está marcada por la llamada a oración del muecín”, escribe Sarrazin.

Sarrazin niega que “los trabajadores turcos y marroquíes” hayan hecho un aporte al bienestar de Alemania, lo que en cambio, dice, si se puede afirmar sobre los portugueses, los españoles y los italianos.

“En todos los países europeos los inmigrantes musulmanes le cuestan a la sociedad más de lo que aportan debido a su escasa actividad”.

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