La primera capilla que se puso al culto en el templo catedralicio de Cádiz, en 1755, y única íntegramente barroca, la de la Asunción, ha recuperado todo su esplendor tras los trabajos de restauración acometidos durante los últimos cinco meses por la empresa Cantero Almenara S.L., bajo la dirección facultativa de los arquitectos Venancio González, Francisco Ladrón de Guevara, Gonzalo González, José Ramón Pérez, de La Consultas Arquitectos y Arquitectura de Guardia, y con la dirección de restauración de Fabián Pérez, de Ars Nova Restauraciones S.L.
Bajo el deseo del Cabildo Catedral de continuar con la puesta en valor del patrimonio gaditano e ir recuperando el emblema monumental católico en la capital, el resultado ha sido "muy enriquecedor, y en esa línea queremos seguir continuando", ha expresado esta misma mañana el deán de la Catedral de Cádiz, P. Ricardo Jiménez.
La intervención que se ha ejecutado con un presupuesto final de 140.000 euros, exclusivamente con fondos del Cabildo, se ha centrado en la limpieza de todos los paramentos y la recuperación de las volumetrías perdidas, fruto del paso del tiempo. Con especial hincapié, se ha trabajado desde julio en el retablo, en el que se encuentra la imagen marmórea mariana de la Asunción, que da nombre a la capilla. El zócalo polícromo, la solería, la bóveda, la cornisa y el cuerpo de columnas, también han sido objetos de la restauración.
"El retablo presentaba importantes dislocaciones antes de comenzar, incluso con piezas desprendidas, que hubiera sido un auténtico peligro tanto para el mismo patrimonio como para los visitantes si no se hubiese actuado", ha señalado Venancio. Dada la singularidad de esta parte de la obra se ha trabajado con "especial cuidado, siguiendo todas las máximas de seguridad", ha subrayado Ladrón de Guevara. El retablo, construido en piezas de mármol, estaba fijado al muro de la capilla con anclajes metálicos muy oxidados, existentes también entre las piezas que componen el mismo y que presentaban las mismas patologías. "Se han desmontado las piezas necesarias, se han limpiado y vuelto a colocar con anclajes nuevos que han aliviado el peso de algunas piezas".
Para Pérez, lo más importante era contextualizar la restauración de las piezas, en un momento en el que el "riesgo de colapso en la capilla era real", pero que gracias a estas intervenciones también permiten conocer los materiales con los que se trabajaban y "las alteraciones a las que se han enfrentado". La presencia de intervenciones antiguas y deficientes por su material y aplicación, requirieron también su eliminación, que luego fueron rejuntadas con un mortero de cal y arena con marmolina. "Muchos de los trabajos que se han realizado no se ven, lo que se observa es que se ha quedado limpio y bonito, pero ha sido un capítulo muy complejo".
La intervención, que no ha contado con ninguna subvención pública, ha supuesto un esfuerzo importante para las cuentas del Cabildo. "Es imposible que podamos continuar con restauraciones solo con nuestras cuentas, necesitamos la ayuda de las administraciones o micro mecenazgos, al fin y al cabo, así fue como se construyó en su día la Catedral", ha remarcado el deán, quien ha añadido que "los gaditanos debemos estar orgullosos de lo que tenemos, y eso también significa contribuir a su mantenimiento, porque un edificio sin alma se desborda, y el alma la pone el pueblo". Por ahora, el objetivo es conseguir del Ministerio de Cultura otorgue el 50% para la restauración de las dos torres, lo que sería unos 450.000 euros. "La torre de Poniente continuaría abierta al público, mientras la otra se arregla, con la idea de en un futuro poder incorporar las dos al circuito de visitas".
