Científicos del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona (UPF-CSIC) y del Instituto de Oncología de la Universidad de Oviedo han colaborado en este trabajo, dirigido por el investigador Devin Locke, de la Washington University, que es fruto de la colaboración de más de treinta laboratorios de siete países.
Los investigadores han identificado los más de tres millones de pares de bases que constituyen el genoma del orangután, un animal con el que el hombre compartió un antepasado común hace más de doce millones de años.
Pese a las grandes coincidencias genéticas del ser humano con el orangután, “los humanos no somos tan parecidos a ese homínido, ni al resto de ellos como se pensaba hace unos años”, explicó a Efe Arcadi Navarro, coordinador del trabajo aportado al estudio por los investigadores de la Universidad Pompeu Fabra, en donde es catedrático de genética.
El científico, que es además de profesor de investigación ICREA del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC), añadió que “gracias a las técnicas modernas se han detectado diferencias muy importantes en ciertos fragmentos del genoma de unos y otros, y eso nos hace muy distintos”, precisó.
Únicamente ese tres por ciento de diferencias en las zonas comunes del genoma representan alrededor de 90 millones de variantes no comunes, a lo que se sumaría otro 15 por ciento de rasgos totalmente distintos como consecuencia de los fragmentos genómicos no coincidentes entre ambos grupos.
“Sólo en esos fragmentos del genoma no compartidos -señala el investigador- podría haber hasta decenas de genes que nosotros tenemos pero los orangutanes no, y viceversa”.
Según los científicos, con la secuenciación del orangután se ha ampliado el conocimiento genómico de los primates vivos, en donde se incluyen el hombre y el chimpancé, y que será completado con el del bonobo y el gorila, previsiblemente en los próximos meses.
Por otra parte, asimismo han sido secuenciados ya los genomas de los extinguidos Homo Neandertal y del homínido de Denisova.
Los datos obtenidos ahora respecto al orangután aportan claves para entender la evolución de los homínidos.