Un gran número de estudiantes erasmus regresaron a España una vez que se decretó el Estado de Alarma y se cerraron las fronteras, dejando la mayor parte de sus pertenencias en sus casas de alquiler de los países donde estaban estudiando. Es el caso de María Rodríguez, una joven gaditana de erasmus en Nápoles que decidió pasar el confinamiento junto a su familia en Cádiz y que ahora pide ayuda para poder recuperar las pertenencias que dejó en el piso donde residía.
En declaraciones a Europa Press, la estudiante ha explicado que precisamente, cuando el Gobierno anunció que iba a cerrar las fronteras, ella se encontraba de viaje en Ámsterdam con unas amigas por lo que tuvo que volver directamente desde allí hasta España, "con una mochila pequeña con ropa para unos días".
"Pensábamos que en menos de un mes volveríamos a Italia porque además todavía teníamos el contrato de piso y habíamos dejado todo allí, el portátil, el ipad, incluso el carnet de conducir", ha resaltado. En este sentido, Rodríguez ha señalado que al darse la docencia de forma online, ha tenido que comprarse un ordenador "para poder terminar el curso".
Un vez en España, tanto Marí Rodríguez como sus amigas entendieron que "había una problemática más importante y en ese momento no se iba a exponer el hecho de que no se podía volver a por las cosas". "Sabemos que el Gobierno tiene cosas más importantes en las que pensar", ha manifestado. Además, ha aseverado que "se pensaba que al tener contrato de estudio y de piso se podría volver pronto y no con la intención de vivir el erasmus sino de recuperar las cosas".
No obstante, según ha destacado la joven, son multitud de alumnos los que están en la misma situación y que, a través de un grupo de Whatsapp, han expuesto sus casos que, al igual que ocurre con el de la gaditana, siguen sin solución. "Las autoridades se están desentendiendo totalmente de nosotros y por eso se hizo el grupo con erasmus de toda España", ha indicado.
"Me puse en contacto con la UCA y me dijeron que me comunicara con el Ministerio de Asuntos Exteriores, quien me derivó a la embajada italiana, y esta a cada persona que envía un correo le dice una cosa", ha detallado, incidiendo en que "ahí está la incertidumbre de que a cada cual se le dice una cosa".
Asimismo, según ha apuntado, se pusieron en contacto con la universidad italiana "pero se han desentendido y ni siquiera responde los correos".
En este sentido, una de las soluciones que se le ha ofrecido pasa por "pedir un certificado y viajar hasta Barcelona, desde allí coger un barco que cuesta 140 euros hasta el puerto de Civitavecchia y desde allí alquilar un coche hasta Nápoles". "Vuelos solo hay de repatriación de Italia a España pero de aquí para allá no hay ninguno", ha puntualizado.
"Queremos hacernos eco para que nos ayuden porque en ningún momento nos dan instrucciones", ha asegurado la estudiante, pidiendo una solución y afirmando que se les ve "como simples turistas, aunque se tenga contrato de estudios y contrato de piso, que por cierto se siguen pagando, y que posiblemente hasta 2021 no se pueda volver".