En el próximo mes de septiembre comenzará un nuevo curso escolar con todo lo que ello significa para los consumidores, sobre todo en lo relativo al gasto que supone para la economía familiar. Lo ideal sería haber previsto dicho gasto a lo largo de los meses de verano y haber conseguido unos ahorros para destinarlo a este fin.
Sin duda es una complicada tarea ya que en esta época de crisis los hogares en su mayoría hacen filigranas para llegar a fin de mes. Por lo tanto el ahorro se hace aún más difícil, por lo que ahora los gastos escolares pueden llegar a suponer un importante desembolso que haga tambalear la economía de los hogares durante varios meses, sobre todo teniendo en cuenta que el 1 de septiembre entran en vigor los nuevos tipos impositivos respecto al IVA. Sabido esto, el consumidor que haya realizado sus compras con anterioridad a esa fecha habrá ahorrado un 17% en el total de los materiales escolares, caso de tener conocimiento de los materiales que necesitaría, o bien se haya aventurado a comprar los que pensó les podría hacer falta, con el evidente riesgo de no acertar.
Debemos saber que una vez aplicados los nuevos tipos los libros de texto se mantienen en el impuesto superreducido del 4%, al igual que los álbumes, los libros de dibujo, mapas o planos. Sin embargo, algunos materiales que tributaban un 4% pasan al 21%, el tipo general, aumentando en un 17%, y esto sí es gravoso para las economías familiares.
Algunos de estos artículos son los portalápices, agendas, cartulinas, blocs de manualidades, compases, papel coloreado para manualidades, plastilina, pasta de modelado, lápices de cera, pinturas, témperas, cuadernos de espiral, rollos de plástico para forrar libros, etc. En definitiva, la gran mayoría de los artículos que cada año llenan las mochilas de los alumnos, incluidas éstas, tributarán al 21%. Asimismo, el material de oficina que se considera que no es de uso exclusivo escolar, como los folios blancos, bolígrafos, lapiceros, grapadoras, taladradoras, pegamentos, tijeras, taladradoras, organizadores, gomas de borrar, sacapuntas, carpetas de gomas, rotuladores, marcadores, reglas y plumieres aumentan también el tipo general al 21%, a lo que hay que sumar los uniformes, calzados, etc.
Pese a todo, desde la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de La Línea, dependiente de la delegación municipal de Sanidad y Consumo, cuya concejal delegada es Carmen Ramírez, se quiere dar algunos consejos que alivien en cierta medida este obligado desembolso, a la par de algunos consejos generales a tener en cuenta en la escolarización de los niños.
En cuanto a los libros de texto o cualquier material audiovisual, si es posible, utilizar los de los hermanos mayores o de otros alumnos. Nos podemos informar en los tableros de los centros. En caso negativo, tomar buena nota de qué libro es el que se necesita para que después, al ir a descambiarlo, no nos encontremos con que en el establecimiento adquirido nos digan que, según la Ley de Propiedad Intelectual, que protege al autor, es imposible la devolución. Habremos desembolsado un dinero que no podremos retornar.
Referente al material escolar (libretas, bolígrafos, etc.) mirar bien los utilizados el pasado año y reciclar todo aquello que sea posible. En caso de tener que adquirirlos nuevos, no comprarlo antes de las indicaciones de los profesores.
En lo relativo a carteras, maletas y mochilas, si no es posible utilizar la del pasado año, comparar precios y calidades en todos los establecimientos donde los vendan. Busque lo más cómodo para el niño, la cargará varias veces al día, procure que sea adecuada a la estatura de su hijo y que no pese demasiado (una mochila para un niño vacía no debe pesar más de medio kilo), opte por la que tenga tirantes anchos y con diseño anatómico, si es con ruedas (trolley) asegúrese de que sea de una calidad suficiente para el fin que se adquiere.
Al comprar material escolar no se apresure, espere que el profesor de su hijo le indique con exactitud cómo deben ser sus cuadernos, lápices, libretas, etc. Él buscará lo útil y práctico, su hijo le exigirá lo más llamativo y lo que observa en sus compañeros.
De forma general, pedir factura de todo lo que se adquiera. No haga tanto caso a la publicidad como al dinero que dispone de su bolsillo, comparar precios y calidades entre productos y establecimientos antes de comprar y en caso de conflicto solicitar las hojas de reclamaciones.
Referente a la escolarización de los niños, procure que la ropa para ir al colegio sea cómoda y fuerte, ropa deportiva, vaqueros, calzado apropiado para los días de frío y agua.
En cuanto a los más pequeños que acuden por primera vez al colegio, los padres deben estar atentos y colaborar con los profesores ya que estos suelen tener miedo y necesitan un tiempo de adaptación.
Si el colegio es con comedor hay que estar atentos a la alimentación y a los menús que se sirven y que éstos cumplan con todos los requisitos higiénicos, sanitarios y nutricionales.
Dé a sus hijos sus horas para el juego que junto a una alimentación equilibrada proporcionará un rendimiento escolar más efectivo. Esté en contacto con sus profesores pues junto con los padres son éstos los que mejor van a conocer el buen quehacer de sus hijos.
Déjese de pastelitos anunciados por la tele, por bien que lo publiciten es sólo bollería industrial. No hay nada mejor que un buen bocadillo con un vaso de leche para comenzar el día, así como tomar una pieza de fruta a lo largo de la mañana.
Considere dos aspectos esenciales al planificar las actividades extraescolares, primero compaginarlas con un tiempo dedicado al descanso, ocio, juego y a situaciones de esparcimiento con la familia, y segundo elegir las más idóneas según la edad, las capacidades del niño, sus gustos y preferencias.
Por último recuerde que cada niño tiene diferente capacidad intelectual y no conseguirá más atosigándolo para que estudie.
