El alcalde, José Ignacio Landaluce, y la delegada de Urbanismo, Yéssica Rodríguez, han supervisado las obras que ha comenzado esta semana el Ayuntamiento para la reparación de dos escaleras que unen la Avenida Virgen de la Palma y la glorieta situada en su extremo inferior con el resto del viario. En el proyecto se incluye además la reparación de un acerado existente a continuación de una de las escaleras, debido al mal estado en que se encuentra. Las obras cuentan con un presupuesto de 22.000 euros.
Esta barriada surge del desarrollo urbanístico de un sector de Pajarete, uniendo la antigua travesía de la N-340 con el enlace de la A-7 y con el resto del sector situado al otro lado de la carretera. En su extremo, en la zona de la derecha según se baja por la avenida, se cuenta con dos escaleras que la unen con la calle San Luis y el viario trasero que, según explicó el alcalde, “tienen muchas deficiencias, con escalones y piezas de solería rotos, grietas en el muro lateral, etc, que han provocado no pocas caídas y las que, además de repararlas, vamos a dotar de suelo antideslizantes y barandillas”.
Landaluce señaló que también hay un acerado situado a continuación que tiene el pavimento roto en muchos puntos y que necesita ser reparado. “El tránsito peatonal por esos espacios resulta dificultoso por su mal estado y genera riesgos de accidentes, por lo que se trata de una obra, que aunque no es de gran envergadura, si es muy necesaria ya que estamos hablando de zonas muy transitadas”, manifestó
La delegada de Urbanismo indicó que las obras de reparación previstas en el proyecto para ambas escaleras son idénticas, ya que su estado es similar y también los son los materiales y revestimientos de las mismas. Además de la reparación de ambas, se prevé el pintado de los muros de acompañamiento de ambas, y la instalación de una barandilla en el último tramo superior de la escalera.
Igualmente se proyecta la ejecución del firme del acerado y una nueva alineación de bordillo.
La actuación se completa con la demolición de un tramo de pavimento de hormigón impreso en la placita situada en la parte baja de la segunda de las escaleras, con el fin de eliminar el escalón resultante por el asentamiento diferencial de este pavimento con el de los soportales del edificio, y la posterior restitución del mismo, pero uniendo mediante una nueva rasante las cotas del filo del pavimento actual resultante y el de los soportales existentes
