El Campo de Gibraltar destaca a nivel internacional, sobre todo, por su particular ubicación geográfica. Es, quizás, el aspecto que más ha marcado su historia. Así lo refleja también la historia de la pintura. Los artistas ajenos a la comarca que se han inspirado en la misma para plasmarla en sus obras se han centrado, sobre todo, en acontecimientos históricos.
Estas obras están repartidas por museos de todo el mundo, sobre todo en Europa. Allí pueden ser admiradas por quienes quieran acercarse a contemplarlas, aunque también disponen de plataformas online, como Europeana, Ceres o las webs de los museos para contemplarlas.
Por autores, aquellos ajenos a la comarca -es más lógico que los campogibraltareños dediquen obras a su tierra-, destaca por relevancia un dibujo de Joaquín Sorolla titulado Tres señoras y un niño en Algeciras, que no puede verse físicamente en el Museo Sorolla de Valencia, pero sí en su colección online.
En España destacan, entre otras, dos obras del Museo Lázaro Galdiano, dos dibujos de entre 1834 y 1866 adquiridos de la colección Anderson, en Nueva York, titulados Acueducto de Algeciras y Vista del alcornocal cerca de Gibraltar. Además, el Museo de Bellas Artes de La Coruña luce un óleo de Ramón Álvarez-Sala titulado Marina (1888) que muestra una vista desde el muelle del puerto de Algeciras con varios barcos pesqueros.
Además, destacan, por curiosas, otras obras. Muy peculiar resulta un almanaque de 1702, en la Biblioteca Nacional de Francia, por la llegada de Flipe V a Figueras por su compromiso con María Luisa Gabriela de Savoya, en el que aparecen los escudos de Algeciras y Gibraltar. Una de las más antiguas, del siglo XVII, es un dibujo anónimo, no expuesto pero conservado en El Prado, titulado Hércules llevando las columnas, que no retrata la comarca, pero sí la alegoría sobre el origen del Estrecho de Gibraltar. Curiosa resulta también la Vista del Castillo de Gaucín en la que se aprecian el Peñón y gran parte de la comarca, en un óleo de Pérez Villaamil (1849, en El Prado) y un grabado anterior y muy similar, de Fidel Roca (1801, en la Biblioteca Nacional).
En el retrato al óleo de Martín Antonio Álvarez de Sotomayor y Soto-Flores, conde de Colomera, de Agustín Esteve y Marqués (1798, Museo de El Prado), el protagonista señala al suelo a un cuadro con una vista de la Bahía de Algeciras y el Peñón con un campamento militar. También notable es la obra Paz. Sepelio en el mar, de Joseph Mallord William Turner (TATE Gallery), en homenaje a David Wilkie, cuyo funeral se celebró en la Bahía. El Museo Nacional de Artes Decorativas alberga una de las obras más curiosas sobre la comarca, un cuadro de marquetería de paja policromada con una vista de Gibraltar y trampantojo de mesa revuelta con varios naipes (1815).
Los viajeros románticos también dejaron constancia a nivel artístico de su paso por la comarca, como en la célebre ilustración de Alfred Guesdon Gibraltar: Vista general tomada desde encima el acueducto de Algeciras (1855) o el dibujo de Peter Mazell y Francis Carter Vista oeste de las ruinas de Carteia y su río, con una perspectiva del Peñón de Gibraltar (1777), ambos en la Biblioteca Nacional de España; el boceto Gibraltar, desde la Silla de la Reina de España, de George Pechell Mends (1853, Silla de la Reina es el nombre que los británicos daban a Sierra Carbonera); o los bocetos de Marius Bauer (1902), en el Rijksmuseum de Ámsterdam.
Los movimientos artísticos más modernos también se fijaron en la comarca, como el óleo impresionista Vista de Algeciras desde el Peñón de Gibraltar, de Sir Francis Cook (1960), que puede admirarse en el Jersey Heritage; el óleo Fortaleza de Tarifa, (C. Wefring, 1955, Museo Marítimo de Noruega); o el póster publicitario de 1928, para fomentar el incipiente mercado turístico, de la colección del Royal Museums Greenwich británico.
Gibraltar, en tres actos
Tres acontecimientos de la historia de Gibraltar son protagonistas en numerosas obras europeas. El primero, la Batalla de Gibraltar de 1607, en la Guerra de los Ochenta Años, en la que el triunfo de la flota holandesa. El Rijksmuseum alberga varias obras con esta temática. También se puede ver La Batalla de Gibraltar de Adam Willaerts (1617) en El Prado.
El segundo, la toma británica de Gibraltar, en 1704, ampliamente documentada en la pintura, sobre todo en el Museo Marítimo Nacional de Londres.
Por último, el Sitio de Gibraltar (1779-83), entre cuyas obras sobresale por original una postal francesa en tono de burla, El coqueto y pequeño maestro que regresa de Gibraltar, en la Biblioteca Nacional francesa.